Crónicas Futuras

Lima, Perú. 2027

Leslie estaba caminando entre las calles de Lima (Distrito de Lima), fijó su vista en el cielo. Ya era de noche y había muchas nubes así que no podía divisar la luna. Ella no vivía tan cerca del distrito por lo que tomó el bus. Llegó a su casa y se tumbó en la cama.

Al siguiente día era sábado, Leslie mirando a través de la ventana se percató con extrañeza que algo había pasado en la calle, parecía como si hubieran querido quemar la casa de enfrente, aunque al pensárselo mejor Leslie llegó a creer que eso llegaba a ser algo normal, incluso en las zonas más seguras del Perú- Hasta estos extremos han llegado- Pensó Leslie e hizo una mueca de enojo mientras deslizaba su cabello húmedo entre sus manos. Leslie conocia a las personas que habitaban la casa contigua, era habitada por un matrimonio con dos hijos, el Señor era miembro de un partido político de extrema derecha; un concejal del ayuntamiento municipal. La señora era ama de casa. Las razones de que alguien haya querido quemar su casa llegaron con una gran rapidez que le hizo sentir a Leslie algo de culpa: una gran parte de la gente del Perú estaba en desacuerdo con las nuevas leyes en política exterior, Estados Unidos cada vez tenía más opciones para ocupar el país. Leslie cómo empujada fuera de sus pensamientos dejo de mirar y se alistó rápido para salir, había quedado de verse con unos amigos en el centro histórico.

-¿Te pasa algo?¿No te sientes cómoda con esto?- dijo Lucía
-No, no es eso pero no puedo dejar de pensar que tal vez no era la indicada para ese trabajo.-Dijo mientras veía de reojo unos pájaros revoloteando entre las altas palmeras. Estaban sentadas frente a la catedral mientras esperaban a los demás- Pero no te preocupes, será mejor que me divierta ya que hicieron todo esto para mí.
-No podía ser de otra forma- dijo Lucía haciendo un pequeño guiñó

Minutos después llegaron sus demás amigos. Pasaron a la catedral y a un museo. Fueron al cine y finalmente cenaron en un restaurante cercano, famoso por ser especializado en comida de Trujillo y de otras regiones del norte del Perú.

Leslie era una chica un tanto tímida, tal vez únicamente por que a veces no podía expresar sus emociones como quería y las dejaba pasar como si fuera algo insignificante, como si no importarán en absoluto. Pero sus pensamientos ya no le dejaron seguir así, Leslie tuvo un gran estremecimiento cuando estaba en el restaurante cuando todos dijeron al unísono -Te extrañaremos- sintió una profunda sensación de náusea, estas palabras le hacía saber que ya no estaría entre ellos, que en realidad ella ya no existía para ellos. Las lágrimas brotaron de sus ojos y solo veía borrosas figuras de personas alteradas. Sus amigos la subieron en su automóvil y aún sin escuchar que querían decir los labios de cada uno ella solo decía instintivamente -Gracias, no te preocupes-, la llevaron hasta su cama donde en un gesto tan inocente que parecía hasta vengativo ella durmió cómodamente, como lo hacen los bebés.

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Puede que Leslie entendiera la razón de su comportamiento pero no había querido pensar en aquello. Sabía que estaba relacionada con un presentimiento que tenía de su trabajo. Su trabajo no era nada sencillo; era una periodista en un país donde la libertad de prensa era cada vez menor y también habitaba uno de los pocos países que todavía no tenía bando en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China.

Este conflicto nació a principios de la década del 2020 de unas ideas políticas proteccionistas y arancelarias puestas en marcha entre países Europeos y Latinoamericanos. El mundo se dividió en dos. Se volvió una decisión de alto riesgo elegir un bando entre las dos principales economías del mundo. Al principio esto afectó a muchos países, por supuesto tener aranceles muy altos hacia que obtener recursos fuera mucho más costoso, menos productivo y más difícil. Los niveles de pobreza se dispararon y la economía mundial decreció en cinco años al 83% de lo que era antes de la guerra comercial. Un gran trabajo hecho por alentar el nacionalismo y las nuevas políticas hicieron que la gente apenas se quejara. Perú era una excepción, contaba con un modelo que daba libertades y estímulos fiscales nunca antes vistos por algún país. Lo que suponía ser un mercado para ambas potencias, todo a cambio de que el gobierno no recaudará casi nada en impuestos. Las instituciones eran extremadamente débiles (por ejemplo, ya casi no había policías en Perú) aunque el congreso año con año se aumentaba el sueldo. El mundo estaba cada vez más polarizado. Al final Perú también terminaría por elegir un bando. Curiosamente solo había sido una guerra comercial, los países competían comparando sus avances tecnológicos pero no hubo ningún conflicto armado.