—No veo lo complicado hijo, llevas años reprimiéndote. Odio decirte esto, pero has estado actuando como un maricón durante todos estos años.

—Sólo es cansancio abuelo.

—Claro, síguele diciendo eso a tu pene, tal vez él sí te crea.

No puedo evitar reír, el abuelo suele poner en juego los nervios de papá debido a su manera de expresarse, creo que Dan tiene el carácter de este hombre.

—Colgaré Fumador de Hierba, gracias por escucharme.

—Siempre que quieras, ya sabes que eres mi puto de la familia.

—Qué bonito abuelo, qué bonito.

—Algún día no podrás reprimirte hijo, ten en cuenta eso.

—Lo sé, temo por ese día —digo en un suspiro—. Dile a la abuela que la amo y que pasaré a visitarlos el mes que viene.

—Por supuesto se lo diré, ella está jodiendo acerca de yo acaparándote.

—Te amo abuelo.

—La misma mierda para ti Keith.

No puedo evitar reír al colgar el teléfono, esa es la manera del abuelo de decir que me ama.

***

12 de mayo, 2011

Garrett puede considerarse un gran amigo, lo ha sido desde mis días de primer año en la universidad, mi carrera y la suya no tenían nada que ver, pero sin darnos cuenta en una gran fiesta hierbera nos hicimos amigos, además es el único que nunca especuló sobre cuán hermosa es mi hermana, eso hizo como que lo quisiera.

Es por ello que cuando quiero soltar mi mierda, además de tener al abuelo Luca, tengo a Garrett. Soy un hombre amigable que puede conocer a un montón de gente, pero Garrett es lo seguro.

Doy un trago a mi cerveza mientras la música alta retumba en mi sistema, me encantan los clubs, pero hoy no se siente como el día adecuado para estar en uno, sin embargo aquí estoy.

Garrett solo me observa con incredulidad tras escuchar como desde hace quizá tres semanas mi "soldado", como lo llama el abuelo Luca, no se pone firme.

—Di algo hombre —pido mientras hago señas para que me den otra cerveza.

—Es que no sé qué decir, esas son cosas que se supone no te pasan a ti —me dice, chasqueando sus dedos—. ¿En serio no se levantó el muchachote?

—No juego con cosas como esas —digo, frunciendo el ceño y aceptando mi nueva cerveza—. Esta es la cosa, no se levantó con las últimas tres chicas con las que intenté follar, pero se levanta con emoción cuando miro, pienso o sueño de manera inapropiada con la mejor amiga de mi hermana.

—¡Vaya! —exclama riendo—. Eso está bastante fuerte Keith.

—Lo es, estoy tan frustrado.

Seguimos conversando mientras veo las miradas que algunas mujeres nos dirigen, en otra situación elegiría una, pero ahora con el problema de mi soldado no quiero correr el riesgo de lastimar a alguna chica ante el rechazo y falta de entusiasmo.

Son minutos después cuando un movimiento en la pista de baile capta mi atención. Yo debo ser alguna especie de acosador no reconocido, no es posible que sea capaz de reconocer a Bridget a esta distancia y con tan poca cantidad de luz, pero lo hago.

Es imposible no saber que esa cabellera oscura pertenece a ella, que esas curvas sujetas y afianzadas en un vestido de tirantes, corto, ajustado y de color negro es el suyo.

Los Besos Robados de Bridget (BG.5 libro #1.5) Disponible en libreríasWhere stories live. Discover now