Se habían librado de mí.
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Diez horas de viaje.
¡Díez horas de viaje!
Mi fiel móvil del que no han conseguido separarme, mi único amigo, el me hace compañía en estos duros momentos.
La música retumba en mis oídos.
Normalmente me tranquiliza.
Suena 21 guns de Green day, adoro esa canción.
Suspiro.
El avión va aterrizar.
Me preparo mentalmente para lo que me espera ahí abajo, en Seattle.
Mi tía Meredith , bueno, ciertamente hay que decir que no es mi tía, es mi madrina.
Pero desde mi infancia me han echo llamarla tía, asique tía será.
Bajo del avión con todas mis cosas, y espero a que aparezca el sargento Meredith.
All my life I've been good but now, I'm thinking what the hell
All I want is to mess around and I don't really care about
If you love me, if you hate me, you can't save me, baby, baby
All my life I've been good but now, whoa, what the hell
-¿Qué? - contesto de mal humor.
-¡¿enserio?!.. vale.
Cuelgo de mala leche.
Diez horas..
¡¡¡Díez putas horas y me toca irme sola a casa!!!
Llamo un taxi y le doy la dirección de mi madrina.
Suspiro, esta lloviendo, por supuesto, lo mejor de Seattle no es su delincuencia, no, es su clima de mierda, que siempre llueve.
Suspiro, otra vez.
Llamo un taxi.
Después de que tres me ignoren a los que les saco el dedo corazón.
Uno para. Gracias.
Llegamos diez minutos después.
Le doy el dinero al taxista y cojo todas mis maletas, sin prisa, resignada a que ya me he empapado.
El hombre me ayuda a llevar las cosas a la puerta de mi tía esta llena de flores.
Literalmente, todo.
La puerta, las ventanas, el felpudo, es de... ¿ammm Mikey Mouse?
Welcome to house of Mouse.
...
Te has equivocado de dirección estúpida.
Llamo al timbre y nose porque me esperaba la canción de la abeja Maya en vez de un timbre normal y corriente.
...
Con calma ee tía Meredith como no llueve ni hace frio ni esto pesa como un demonio...
Me abre la puerta una mujer de treinta y pocos.
Falda y americana negras, blusa blanca impoluta.
Un moño perfecto.
Es castaña clara, y tiene los ojos
verdi-grises más desconcertantes que he visto jamás, su piel es casi tan clara como la mía, digo casi porque yo soy "blanco nuclear"
Y cada vez que intento cambiar eso es... triste.
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CONDENA COMPARTIDA
RomanceEra la tercera vez que la detenían y para Kayla Parker el tiempo se ha acabado. No más días de libertad junto a sus padres. Ahora deberá empezar de nuevo en otro estado bajo la tutela judicial de su madrina. Lo que nunca imaginó es que ya había otro...
La casa es mía
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