Julie

8 1 0
                                    


Esta noche apenas pude dormir, desperté sobresaltada y al abrir los ojos solo vinieron a mí recuerdos de mi hermano. Ayer, a más de diez años de la muerte de mis padres, mi hermano, Joe, decidió quitarse la vida. Ayer, días después de un nuevo aniversario de la muerte de mis padres, perdí lo que me quedaba de familia. Pero, a decir verdad, es algo que siempre supe que podía pasar.

Joe siempre fue un niño raro por así decirlo, cuando era chico veía o escuchaba cosas donde no había nada. Solía escaparse a explorar bosques cada vez que podía, era imprudente y egoísta muchas veces pero al menos tenía buen sentido de orientación, siempre sabía como volver por lo que después de un tiempo empezamos a ver esto como travesuras infantiles, simplemente se dejaba llevar por su curiosidad y, debido a que nuestros padres siempre nos habían dado mucha libertad, se había vuelto un niño muy independiente.

Pero años más tarde comenzaron a aparecer los verdaderos problemas, fue cuando comencé a considerarlo difícil, frágil, inestable. Hasta tuvo que pasar tiempo en un hospital psiquiátrico después de tener un colapso nervioso y luego de eso nunca volvió a ser el mismo. Había dejado de ser confiado y aventurero y ya no se sentía seguro si yo no estaba cerca. Se había vuelto una persona completamente diferente, ya no salía de casa, casi no hablaba con otras personas y si podía pasar todo el día en su habitación lo hacía.

Aunque la verdad no lo puedo culpar, era solo un niño y acababa de perder a sus padres. Y eso es algo que ningún niño debería vivir jamás. Lo extraño era que las pocas veces que hablamos del tema después de que saliera del hospital afirmaba que nuestros padres murieron en un accidente y yo, con la intención de protegerlo, nunca me atreví a contradecirlo. Pero lo cierto es que la noche que fueron a celebrar su aniversario fueron asesinados en una ciudad cercana a nuestra casa. Algunos testigos llegaron a asegurar que una mujer lo había hecho aunque nunca encontraron pruebas de eso y nunca se supo que fue exactamente lo que pasó.

Aún así, a pesar de lo difícil que fue al principio, logramos superarlo. Sin embargo había temporadas, generalmente cuando la fecha de la muerte de mis padres se acercaba, en las que él pasaba días sin dormir o comiendo muy poco pero como a mí me pasaba lo mismo nos entendíamos sin necesidad de hablarlo. No me gustaba que él se preocupara por mí más de lo necesario y creo que él pensaba igual.

El aniversario de este año, el décimo, fue el peor de todos. Joe se veía como si no hubiese dormido nada y parecía asustado por algo. No hablamos de ello, pero a partir de ese día todo con respecto a él estaba empeorando, cada vez que nos veíamos por las mañanas lo notaba más desgastado, débil. Estaba segura que algo malo podía pasar y hace un par de días tuve la sensación más extraña que jamás había sentido. Estaba de compras y de pronto sentí un vacío enorme en el pecho y tuve el presentimiento de que algo malo le había pasado a mi hermano así que salí de la tienda lo más rápido que pude y algo enorme me derribó, un instante después una voz muy dulce se disculpó conmigo y una mano pequeña y delicada apareció ante mí, la acepté pero en el momento que la toqué la sentí helada, ninguna persona podía estar tan fría, levanté la vista y vi a una pequeña niña, no tendría más de diez años, era extremadamente pálida y sus ojos grises eran los ojos más tristes que había visto en mi vida. Era solo una niña pero me provocaba terror. La joven se fue y volví a casa tan rápido como era posible. Al llegar me asusté aún más al ver a Joe en el suelo, inmóvil. Me acerqué y noté que respiraba, estaba bien, al parecer se había desmayado, probablemente por la falta de sueño pero no quiso hablarme de lo que pasó ni que llamara a un médico yo solo sentía alivio por ver que estaba bien así que lo dejé pasar. Me equivoqué.

La última mañana que hablamos lo noté como todos los días anteriores, asustado, triste y cansado. Pero ese día en particular se comportó algo diferente, parecía querer hablar, querer contarme algo, que me quedara más tiempo pero no me di cuenta en ese momento. Ese día no me preocupé más de lo necesario, solo fui a trabajar como todos los días. Ese día no sentí un vacío en el pecho, solo estaba pensando en volver a casa como siempre. Ese día no pensé que fuera a ser diferente, solo un día más. Ese día estaba más equivocada que nunca, porque fue el peor de mi vida.

Esta noche apenas pude dormir, desperté sobresaltada y sé que soñé algo raro pero no puedo recordar qué, solo recuerdo que había una mujer, una mujer muy extraña.

JulieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora