Soy un poco de ti: KARAL

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Una historia que hace honor a las mentes más jóvenes que nos regalan mundos maravillosos en los cuales soñar. Cada uno de ustedes son mis heroes. 

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El viaje había sido uno doloroso y cargado de ansiedad, mi cuerpo marcado con quemaduras rojo vivo era prueba del a odisea a la que me había enfrentado. Aún más, no sabía si era la primera en sobrevivir ese viaje que me llevaría ante mi creador. Supe en ese instante que no me quedaba mucho tiempo, ese viaje era uno de no regreso. Tenía poco tiempo para encontrar al creador, esa era su única esperanza para un nuevo inicio. Al mirar a su alrededor noto lo gris que le rodeaba, el sol no brillaba en lo alto del cielo y no había verde que suavizara el paisaje cargado de concreto. Ni siquiera había pinturas en las paredes de artistas renegados intentando gritar al mundo su odio por la sociedad.

-Donde estás creador... - murmuré en un intento de concentrarme y buscar en mi interior ese hilo que nos une a todos con aquellos que nos han creado. Un jalón de momento me hizo abrir mis ojos y la sonrisa en mis labios lo dijo todo. No estoy lejos de él. El triste sentimiento de desafuero fue remplazado por uno de esperanza, aun cuando sabía que en el otro extremo de ese hilo conector le esperaba alguien rodeado de miedo.

Con movimientos rápidos me mantuve a entre los callejones de las calles poco transitadas, no había gente en estos callejones, lo que me permitía moverme con gran libertad. Los callejones estaban limpios, no había olor a vida humana, la basura era inexistente. No entendía muy bien que habían hecho para que no hubiera esos problemas, pero de igual forma note que algo no sentaba bien con esta imagen.

Al llegar al edificio donde finalizaba la línea de conexión con mi creador, me sorprendió ver pequeñas ventanas en un gran rascacielos de veinte o más pisos. Quien podría vivir en esas pequeñas cajas de fosforo. Me ubique entre las sombras del edificio del frente y comencé a esperar a ver si podía ver que mi creador saliera. Tenía que tener toda mi atención en la puerta ya que la ropa era igual para todos, más no había nadie con rasgos diferentes, nadie hablaba o se saludaba. No había ninguno que sonriera. Todos parecían saber dónde iban a ir, pero tenían la mirada perdida.

El instante fue algo que no se esperaba, el rostro pálido el cuerpo extremadamente delgado y la mirada cargada de miedo lo único que tuve como aviso de estar ante mi creador. En cuanto logramos conectar el me miro con más miedo en su mirada y la idea de correr se podía leer en todo su cuerpo

-Por favor... no me abandones. – susurre mientras me acercaba, lo vie tensar el cuerpo y mirar con desesperación hacia la puerta cerrada. -¿Cuál es mi nombre?

-No sé... no entiendo... no se supone que estés aquí.- susurro asustado intentando retroceder dentro de del edificio del que había salido. Con paso ligero me acerque más en una intento de tomarle del brazo. Ante el primer contacto mi piel se erizo y la energía que surgía de esa simple caricia cruzó todo mi cuerpo arrancando un grito de mis labios

-Karal... Karal...- susurraba una y otra vez él mientras me abrazaba y veía como mi cuerpo era consumido. Aun a través del dolor pude sonreír, aun cuando sentía que mi cuerpo había llegado a su limite en este mundo deseaba susurrarle que todo estaría bien, que no tenía que tener miedo.

-No es el final...- susurre y la última imagen fue su mirada cargada de pánico mirando a su alrededor por cualquier testigo de ese encuentro.

-¡REGRESO....! ¡KARALREGRESO!- eran muchas las voces que escuche, pero ninguna tenía sentido niimportancia, lo único importante era regresar donde mi creador.     


Soy un poco de tiWhere stories live. Discover now