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Mis días en el trabajo suelen ser muy atareados, pero no me importa. Amo mi trabajo, me da ganas y fuerzas, no me canso, ser abogada corporativa me encanta y encuentro en ello mi pasión, es lo único que despierta mi pasión.
Este día lluvioso en particular el día comienza muy extraño.
Llego a la oficina 08:40 porque tengo una reunión temprano a las 10:15 y me gusta tener todo listo con tiempo y mi asistente Luisa llega junto conmigo y nos encontramos en el ascensor.
- Pudiste ver el detalle de la propuesta que te envié? - le pregunto
- Claro- me responde rápida mente con una cara como diciendo obvio que si! - lo leí dos veces y tengo unas anotaciones para ver con vos.
-Perfecto, creo que estamos casi listas
La presentación de hoy es importante, porque nos reunimos con los altos
Ejecutivos de Boca, el club de mis amores, para comenzar a representarlos en el área legal. Eso implica compra y venta de jugadores, problemas legales de los socios, pagos y deudas, todo.
Mi papá está expectante sobre este trato, ya tiene clientes muy importantes como HP, Arcor, Hotel Hilton y varias aseguradoras. Siempre fue una persona muy obse con su trabajo, creo que eso lo aprendí de él, aunque su vida amorosa tuvo varios altibajos, nunca se rindió, eso no lo aprendí de él, yo me rendí, creo que mis malas experiencias me demostraron que ya está, no quiero sufrir, por eso no me ocupo de eso, mi vida ordenada es perfecta, tranquilos que igual esto lo hablo con mi psicóloga.
Volviendo a lo importante, cerrar este cliente sería muy bueno para el estudio pero sería mi principal actividad en el equipo, porque formaría un grupo especializado en el ámbito deportivo y nos meteríamos en un espacio con pocos competidores. Papá está orgulloso de lo que logré, siempre me dice que llame a mi mamá, que quiere felicitarme, pero aún no estoy segura de querer hablar con ella, siempre pienso cómo puede ser que él le hable, después de todo lo qué pasó, pero aunque él tenga una nueva pareja, Josefina, se le nota aún el amor que siente por ella, es el amor de su vida y ella no lo registra.
Hoy no voy a pensar en mis problemas familiares, voy a enfocarme en mi trabajo. Miro desde mi imponente ventana la vista al río y me pierdo un segundo ahí, pongo mi mente en blanco y me relajo. Necesito relajarme para poder hacer las cosas bien.
Golpean a la puerta y Luisa entra sin esperar mi respuesta, con sus anotaciones y mi café con leche de sturbucks de todos los días, revisamos sus anotaciones y 30 minutos después imprimimos la propuesta final para nuestra reunión con Francisco Sanchez, el encargado de la comisión directiva de cerrar el trato. Es una persona muy lógica y amable con la cual charlar.
A las 10 estamos en la sala de reuniones y 10:10 me avisan que llego Francisco.
Cuando entran a la sala viene con dos personas más, que se presentan como Lucas Reinoso y Sebastian Vallejos.
Luego de intensas negociaciones e intercambios de tarjetas ( Todo ellos forman parte de la comisión directiva) cerramos el trato, firmamos el contrato y siento una inmensa felicidad porque mi trabajo dio sus frutos.
Cuando abrimos la puerta de la sala para despedirlos, veo a mi mama, hablando con mi papá. El alma se me va a los pies, Justo hoy no! Pensaba mi cerebro enojado.
Cuando se retiran camina hacia mi y me da un gran abrazo, mis brazos no pueden imitar el movimiento y me quedo de piedra. Solo miro la lluvia y todos los malos recuerdos aparecen, la lluvia, los ruidos, los gritos, la lluvia los trae de vuelta, no se los lleva. Ella abrazándome hace que vuelva.
- Vir! Mi vida, tanto tiempo sin verte, trate de comunicarme con vos pero no tuve suerte.
Me deja de abrazar pero me sostiene de los hombros.
- Mamá, estoy ocupada y lo sabes.
-Como puede ser que siempre estes ocupada para tu madre.
La miro y me suelto de sus manos con destino a mi oficina pero me sigue. De pasada miro a mi papá y escucho ella le dice:
- Hablo con Vir unas cositas y ya estoy con vos Jorge.
Debe haber venido a terminar el divorcio. Ese divorcio que mi papá suplico que no firmaran pero que ella no veía la hora de hacerlo efectivo, creo que desde que tengo 5 años, pero tardo unos 25 en hacer algo al respecto.
Ya en la oficina, me siento en mi silla reclinable y ella ataca:
- No podes bloquearme de tu vida, necesito saber que estás bien.
- Claro que puedo bloquearte de mi vida, mi vida no te importa, eso está claro. Cuando hablé con vos, no me dijiste nada, me ocultaste la verdad y eso me demuestra qué clase de madre sos.
- Sos injusta Virginia, me equivoqué y corregí mi error pero no me lo dejas pasar.
- Lo corregiste porque no funcionó, no por lo que hizo. Eso no es preocuparte por mi.
- Veo que no queres escuchar lo que tengo para decirte aún.
- La verdad que no, todavía no.
Me mira con cara de tristeza y se retira.
Me deja hecha una furia y no la puedo contener, agarro mi taza favorita y la tiro al piso, seguida de un grito de descargo que siento que me quita 50 kilos de encima.
Mi papá entra y su abrazo me reconforta. Escucho el latido de su corazón y es todo lo que necesito, siempre sabe reconfortarme.
Me mira y solo me dice: felicidades! Lo lograste! Con una sonrisa de par en par.
Nos abrazamos y de a poco la ira se esfuma y vuelve la calma, pero la tristeza sigue ahí, la lluvia la trae una y otra vez.

VirginiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora