—¿De qué hablas? No tienes la culpa de nada.

—Acabo de darle la carta indirectamente. Nadie más que yo podría hacer ello, es obvio notarlo.

—¿Pero es tan grave lo que diga esa carta?

Dahyun tiró del brazo de Jeon y corrieron al baño un piso más arriba, agitados. Empujó el cuerpo del chico dentro y aprovechó el vacío de el lugar para escabullir al castaño.

—No sabes cuánto.

—¡Dahyun! —intentó detenerla antes de sentir el portazo de la puerta cerrándose y las pisadas apresuradas de los zapatos de la chica extinguiéndose— ¿Qué es todo esto? ¿Es el fin...? —el gélido suelo recibió el conmocionado cuerpo de Jungkook— ¿Es todo mi culpa?

—Por la mierda —maldecía el rubio subiendo escaleras, evitando que lágrimas escurrieran—. Jungkook, Jungkook... ¡Esa lagartija! —sus piernas se movían solas y por instinto, sin percatarse de las personas con las que se topaba en el camino, empujándolas.

—¡Oye, ten más cuidado! ¿¡Qué demonios tienes en la cabeza!? —un toque en el hombro le devolvió le puso los pies en la tierra y la voz del chico a su lado lo hizo notar.

—Está bien, Jimin. No se dio cuenta por donde pasaba.

—Taehyung.

El rubio lleno de ira paró en seco al escuchar el nombre desde labios ajenos. Retrocedió hasta la dupla de amigos y los escrutó con la mirada penetrante que poseía.

—Kim Taehyung.

El nombrado giró su cabeza para ver de quién se trataba y su cuerpo congeló. Park dudó de la escena.

—Tú...

—Vaya, ahora tienes tus piernas de vuelta —observó las muletas, omitió la risa sarcástica y fue al grano—. Dime. Tu novio ¿dónde se encuentra ahora?

—¿Te refieres a Jungkook? ¿Crees que te lo diría sin saber tus intenciones?

El pelinegro aguantó su sorpresa para no dejar caer su quijada. ¿Qué estaba aconteciendo?

—Te lo pondré de otra manera; hay algo de lo que necesito discutir con tu noviecito y necesita atención urgente. No puede esperar. Así que me dices tú, o continuaré buscándole sin parar —manifestó su palabra sin mayor paciencia.

—¿Qué es esto? ¿Una amenaza?

—¿No me vas a decir?

La guerra entre las miradas que compartían Taehyung y Jae parecía lanzar fuego y misiles mortales.

Jimin empezó a empequeñecer al medio de los dos.

A la lejanía, Dahyun se presentó. Jae notó a la chica y su cordura marchitó, dándose por vencido en continuar increpando, dejando el lugar.

Necesitaba tiempo a solas.

—Hey —la fémina llamó—. Está en el baño, Taehyung.

Las cejas de Jimin mostraron perplejidad. Taehyung reaccionó y sus músculos actuaron por cuenta propia, guiándolo al ascensor. Al piso de arriba, mano izquierda.

Si equivocado no estaba, Jungkook adentro estaría. Sin embargo, ¿qué estaba sucediendo?

¿Por qué Jae busca a Jungkook para discutir? ¿Por qué está Jungkook encerrado en el baño? ¿Se escabulle? ¿Evita a Jae?

El timbre de una voz silencia las preguntas de su mente y lo ponen alerta.

Sigiloso pone su oído contra la puerta.

—¿Hola? —no hubo réplica inmediata como la que había dado una vez respondió a la llamada, pero el castaño se sobrecogía con el simple hecho de recibirla— ¿Quién está ahí? —farfulló abrazando sus piernas.

Holase escuchó una voz masculina a través de la línea telefónica, poniendo los nervios de punta al castaño, quien se encontraba incrédulo ante lo que ocurría esa mañana de día lunes—, soy yo. El chico mariposa creando huracanes en medio del desastre.

Jungkook se levantó perturbado y con turbación.

Era él.

—¿Mark Tuan...?

Grafito pintó los cielos, el ambiente e incluyendo el aire, pareciendo intoxicar todo, y de paso a los dos hombres, separados por una puerta.

El color grafito le susurró al mayor, que algo iba a ocurrir. Y no era bueno.

La contienda de emociones estaba apenas originándose.

La noche se presumía frente a los hinchados ojos de un rubio, que de tantas lágrimas derramadas se rindió ante el deseo de un cigarrillo.

Se apoyó al borde de un barandal de madera, admirando el lago bajo el puente en el que se hallaba. Palpó sus bolsillos y los encontró vacíos, sin rastros de alguna cajetilla hasta que recordó a Bogum.

Ese idiota se los había guardado, pensó.

Miró hacía arriba contemplando extasiado las estrellas majestuosas en el negro manto arriba de su cabeza. Sacó del bolsillo de su parca un papel evidentemente arrugado y lo desdobló, repitiendo una y otra vez lo que ésta decía.

Y no quería creerlo ni de broma.

—Mark...

camaleón ¹ • taekookNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ