Él abrió el sobre y sus ojos recorrieron cada renglón sin ningún tipo de interés o expresión. Cualquiera pensaría que estaba leyes do la lista del súper y no la invitación a la boda de su hija.

—¿Esto es una burla? De ninguna manera iremos a respaldar semejante delirio.

—Solo me casaré una vez. —Miré a Liam de reojo y añadí—: Al menos eso espero.

Liam intentó sonreír a mi comentario, pero su mirada asesina seguía clavada en mi padre, quien a su vez mantenía una mirada envenenada y retadora sobre mi futuro esposo.

—Te dije que no lo permitiría —le advirtió a Liam.

—Y yo le dije que lo haría de todos modos —respondió Liam.

Bueno, ahora era mi turno de parecer anonadada. Los dos parecían hablar en un dialecto extranjero, como si compartieran un secreto en la casa del árbol el día que me pegó la varicela y no pude ir.

Mi padre dio un paso al frente y Liam  se aproximó a su vez. Instintivamente, cerré el paso del capitán colocándome frente a Liam.

Liam intentó hacerme a un lado con un delicado apretón en el hombro, pero me hice la fuerte y no me moví. Cuando la mirada de Liam se posó nuevamente sobre mí, me dedicó una mirada apremiante, como la de un niño que le implora a su madre, no lo avergüence frente a sus amigos.

Qué pena.

—Parece que hay una especie de chiste local del que no me he enterado —los acusé—. ¿Alguien quiere comenzar a explicarme?

El intercambio de miradas envenenadas se prolongó un poco más. Mi madre se retorcía las manos con nerviosismo y Wendy miraba al suelo inexpresiva.

Al final fue ella quien decidió ponerme al tanto de la situación.

—Liam vino a pedir tu mano, el capitán dijo que no, Liam dijo que lo haría de todos modos y el capitán le dejó el ojo morado... O la mejilla. La verdad no estuve ahí para ver el resultado días capitán, arrojando la invitación hacia el sofá.

Giré hacia Liam y lo miré con incredulidad. La única vez que lo había visto con la mejilla amoratada había sido cuando juró haber pasado por una pelea simple en la editorial. Ahora todo tenia un poco más de sentido, porque la historia del tipo que se enfrenta a alguien como Liam en sus terrenos, no parecía algo natural.

Quería echarle los brazos al cuello y agradecerle el gesto. Saber que había tomado en consideración a mi familia, incluso antes de que yo lo hiciera, me hacía recordar por qué había dicho que sí con tanta facilidad. Pero ese no era el mejor momento.

—Pues bien. No cuenten conmigo —respondió el capitán

Mamá titubeó, pero, finalmente, respondió:

—Nos halaga tu invitación, hija. Nos encantaría... Considerarlo.

Considerarlo.

Asombroso.

Iban a considerar asistir a la única boda de la mayor de sus hijas.

Bueno, siendo justa con mi madre, con el capitán ahí enfrente, era más de lo que podía conseguir sin explotar como un globo de confeti.

—¿Considerarlo? —El capitán resopló y la miró como si fuera una burla—. No tenemos nada que considerar. La respuesta es no.

Mis manos se volvieron puños a mis costados. Mis labios formaron una fina linea tensa y tuve que recurrir a todo mi autocontrol para no tirarme de los pelos, gritar al aire y comenzar a golpear todo alrededor.

Lucky Love (LR #3)Where stories live. Discover now