Capítulo 1: Un sábado ocupado, una buena noticia

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Dos semanas antes:

La mañana estaba estupenda, el fresco de primavera que hacía en el ambiente encajaba perfectamente para el que sería el primer sábado libre que tendría Alba después de un mes completamente ajetreado. Un día que lo había planeado para por la mañana apoyar a Becky en el taller de costura y por la tarde y el resto de la noche a sentarse en su sofá acompañada por unas buenas películas, un montón de gomitas en formas de ositos y una eterna sesión de manicura, pero todo lo tuvo que arruinar tan solo una llamada de Cristine.

-Escúchame, los necesito ... - dijo apenas Alba contestó la llamada.

-Pero, estoy en mi día libre Cris, aparte Lor no está.

-Es urgente Benji, si no, no te llamaría no crees, además es un evento exclusivo, puedes marketearte ahí y encima la paga es buena – tanto ella como Lorenzo trabajaban para una agencia de modelos y anfitriones de rasgos latinos que tenía una sede en Nueva York - sé que cuando te traje te prometí que te lanzaría al mundo artístico ...

-Cristine, de eso ya hace más de un año y no veo resultados, querida - interrumpió Alba.

-Paciencia Benji, sólo unos cuantos meses más, además, cómo estarías ahorita en Perú, seguirías cantando en bares por propinas irrisorias, aquí al menos tienes para un techo y una vida tranquila. Solo dame tiempo y por fis apóyame esta vez pequeña.

-Está bien, pero solo porque necesito el dinero para pagarle unas telas que Becky me vendió para unas prácticas. Pero eso sí, Lor no está disponible - claudicó después de pensárselo.

-Ya, gracias me has salvado. Mira son las diez de la mañana, almuerza algo ligero que a las tres de la tarde pasará un taxi por ti y te llevará a la agencia para que te den unas pautas sobre el evento, el tipo de vestuario y maquillaje entre otras cosas - mientras que Cris le decía todo esto ella solo escuchaba sin atender, todo esto ya era rutinario, su cabeza solo pensaba en el dinero que ganaría y hasta qué hora estaría ahí.

-Querida, cuánto es la paga, qué tiempo estaré ahí y en dónde es.

-Bueno, bueno a eso iba, la paga es de 300 dólares, el evento inicia a las ocho de la noche y acabará aproximadamente entre las once y media o doce, es en uno de los salones de recepciones en un hotel en Upper East Side, no está muy lejo de tu zona. Yo no estaré hoy en la agencia se queda Memo a esperar a las modelos, así que te espera tres y media, él también irá al evento, cariño.

-Ok Cristine, yo estaré ahí y daré todo de mi como siempre - contestó antes de cortar la comunicación.

Por más que no le causaba gracia trabajar esa noche, no podía negar que ese dinero, que era mayor que los cien dólares que ganaba en los eventos ordinarios, le sentaba muy bien para la primera mensualidad del segundo semestre de su escuela de modas. Con Quimera también ganaba unos dólares, pero no era suficientes para todos sus gastos, que por más que compartía un piso con Lorenzo, llegaba ahorcada a fines de mes. Su banda aún no tenía un nombre en el mercado musical así que la mayoría del pago de los contratos se iban en el transporte de los instrumentos, pero ellos no perdían las esperanzas y ahora habían planeado perseguir al hijo de uno de los magnates de la industria, que se encargaba de los descubrimientos, hasta que les dé una oportunidad.

En el transcurso del día tuvo que que llamar a Becky para disculparse por no poder ir a apoyarla. Al medio día empezó a deambular por la cocina para ver qué es lo que se podría cocinar, revisó tres veces todos los cajones del repostero, la despensa de las verduras y frutas y la nevera, pero lo único que encontró fue dos huevos y tres plátanos que se podían comer fritos, aunque no eran muy similares a los de su país. Decidió utilizarlos y no salir a comprar, se hizo un Arroz a la Cubana que le hizo recordar mucho a lo que comía en el convento cuando el estado le dejo de pasar manutención porque ya era mayor de edad y tenía que ingeniárselas para comer con lo poco que le daban en el bar.

No me digas lo que sientesWhere stories live. Discover now