Epílogo: parte 1

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EMILIA

Habían pasado exactamente dos años desde la última vez que vi a Claudio, aquel chico argentino que había robado mi corazón y que se fue sin despedirse.

Muchas cosas habían cambiado durante estos años, por un lado Machu se había enterado que Soledad era su madre biológica, en un comienzo se lo tomó muy mal pero ahora se podría decir que su relación iba mejorando día a día, León se atrevió a contarle la verdad acerca de su familia y para mi sorpresa aquella chica ruda lo apoyo y como no hacerlo si se notaba lo enamorada que estaba de mi amigo. Antonia y Ulises a pesar de las diferencias han sabido sobrellevar su relación y cada día se les ve mucho mejor. Luego estaban Romina y Silverio, la pareja que nadie se imaginó, hace poco formalizaron su relación, quien diría que Romi iba lograr centra a Silverio, el galán indiscutido. Keiko se encontraba de viaje, extrañaba mucho Japón y decidió ir a ver a su familia. Finalmente Kevin, se había convertido en mi mejor amigo, a quien le podía contar absolutamente todo sin miedo a que me juzgara, habíamos intentado tener una relación pero mi corazón le seguía perteneciendo a su hermano.

Por otro lado Martina estaba muy grande, hoy cumplía cinco años y no paraba de correr de un lado a otro por todo L.I.K.E, desde que se enteraron que tenía una hija se había convertido en la regalona de todos, aunque en un comienzo no fue fácil pero con la ayuda de los chicos había logrado mantener mi beca. Ella era uno de los amores de mi vida, la razón por la que había salido adelante.

Ahora por fin me graduaba rodeada de gente maravillosa, quienes me enseñaron muchas cosas y a pesar de nuestras diferencias siempre estuvimos el uno para el otro en cada problema que se nos presentaba. Me sentía feliz. No le podía pedir más a la vida

—Emilia Ruiz —dijo la directora provocando que saliera de mis pensamientos, me levante mientras mis compañeros aplaudían para recibir mi diploma de honor, y si... me había graduado siendo una de las mejores de mi generación.

—Felicidades!! —Dijo Victoria

—Gracias —dije sonriendo, entre mis compañeros puede ver a Martina y a mi mamá, esta última se encontraba muy emociona.

La ceremonia había pasado y nos encontramos en la fiesta organizada por los alumnos de cursos menores. Estuve buscando a mi mamá y a Martina por todos lados pero no las había logrado encontrar, por otro lado los chicos se comportaban muy extraños, era como si no quisiesen que me enterara de algo, aunque no le tome demasiada importancia

—Aquí estás, donde te habías metido —le pregunte a mi mamá

—Fui al baño —dijo algo nerviosa

—Y Martina?

—Esta con Ulises, le pedí que la cuidara un ratito. Debe de estar por venir —dijo
Y así fue, minutos después Ulises venía jugando con Martina

—Ahí estás hermosa, mamá ya te extrañaba —dije tomándola en brazos

—Claudio —dijo Martina provocando que un nudo se formara en mi estómago, mire confundida a Ulises.

—Lo que pasa es que recién tuve una vídeo llamada con él, debe de ser por eso que lo nombra —dijo algo nervioso

Yo solo asentí, me dolía saber que aún mantenía contacto con ellos y que a mi ni siquiera me había llamado una vez.

—Y ese peluche? —Le pregunte a Ulises

—Aah... se lo regalé —dijo nervioso

—Esta muy lindo, cierto Martina —Ella asintió mientras seguía jugando con su nuevo regalo

—Gracias Ulises, neta te pasaste —dije dándole un rápido abrazo

No podía parar de pensar en que Claudio había llamado a los chicos, lo más seguro que era para felicitarlos, mientras yo no sabía nada de él, los chicos no me contaban nada, quizás él ya me había olvidado. Decidí quitar esos pensamientos de mi mente y disfrutar junto a Martina, quien no había parado de bailar y reír durante toda la fiesta, hasta que se quedó dormida.
[...]

Dos semanas después

—Emilia no vienes?! —Me grito Ulises desde el mar

—No, estoy bien aquí —dije sentada en la arena y no mentía prefería estar ahí observando el mar, ese que creí que algún día conocería con Claudio, que estar rodeada de parejitas felices. No sabía en donde se había metido Kevin, cuando lo viera lo iba a matar por dejarme sola.

Estábamos en Playa del Carmen, un lugar muy lindo en donde habíamos decidido celebrar nuestra graduación, gracias a la ayuda de Kevin había logrado venir, él me había regalado el pasaje, en un comienzo me negué pero terminé aceptado, quien se negaría a semejante regalo de cumpleaños no. Lo único malo había sido alejarme de Martina, extrañaba a esa pequeña pero sabía que mi mamá la cuidaría muy bien.
Por un momento me imaginé cómo hubiese sido todo si Claudio estuviese aquí conmigo, lo extrañaba demasiado, habíamos perdido completamente el contacto, los primeros meses  había intentado por todo los medios comunicarme con él pero al parecer no quería que lo encontrara. Me había dolido pero terminé aceptándolo... Mi celular comenzó a vibrar sacándome de mis pensamientos, era un mensaje de Kevin

"Necesito que vengas al lugar que te mostré ayer...  te tengo otra sorpresa de cumpleaños"

Otra sorpresa, no había sido suficiente con regalarme este viaje. Me puse de pie y comencé a caminar hacia ese lugar secreto que me había mostrado ayer, un lugar muy lindo.
Cuando llegue Kevin no estaba, el sol se estaba poniendo provocando que el cielo se tiñera de hermosos colores. Me encontraba de pie a la orilla del mar, cerré mis ojos sintiendo el viento en mi cara.

El tiempo pasaba y Kevin no llegaba me puse a caminar por la orilla sintiendo como el agua se escurría por mis pies. Hasta que lo vi, estaba a unos metros de distancia, no lo podía creer, aquel chico que me había robado el corazón desde el primer día que lo vi se encontraba enfrente de mi con esa sonrisa que tanto me gustaba. Sin pensarlo corrí a sus brazos, aquellos que tanto habían extrañado y lo abracé como si mi vida dependiera de eso.

—Qué haces aquí? —dije mirándolo a los ojos,
aquellos ojos azules que tanto había extrañado

—Estoy buscando al amor de mi vida —me dijo sin separarse de mi

—Y la encontraste? —Le dije

—La tengo justo  frente a mi —me dijo dejando un beso en mi frente

—Te extrañe —le dije

—Y yo a vos —Esta vez fui yo la que acorté la poca distancia que quedaba y lo besé, fue un beso tierno pero que mostraba lo mucho que nos habíamos extrañado.

—Te amo —me susurro en los labios

—Te amo —le dije mirándolo a los ojos

Aún no podía creer que después de dos años estaba con el amor de mi vida y en un lugar mágico. Lejos este era el mejor regalo que me podían a ver dado de cumpleaños.













❤️

NO TE PUEDO OLVIDAR  Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz