Capítulo 12.

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Era raro ver a Jordan en mi habitación sin la compañía de Max. No es que lo echara de menos. Es sólo que estaba acostumbrada a verlos juntos. Por otro lado, no lograba asimilar la respuesta de Jordan. Estaba claro que estuvo presente cuando me puse el pijama, pero fui precavída por hacerlo a oscuras. No hubiera aguantado la vergüenza si me hubiera visto en ropa interior.

Lo extraño de esto, es que no me sentía aterrada. Una pequeña parte de mí, me gritaba que saliera corriendo a la habitación de Alexander y pidiera ayuda. Pero por alguna razón no lo hice. Fue entonces que tuve una mejor idea: podría preguntarle sobre aquél suceso abrumador. Max no me había dado respuestas que me dejaran tranquilia. Tal vez Jordan podía ser más cooperador.

—¿Qué haces aquí? —inicié la conversación mientras me ponía cerca de la puerta.

No era necesario preguntar por dónde había entrado. Además, sabía que por más que asegurara la ventana, tanto él como Max, encontrarían la forma de entrar.

Se sentó en el borde de la cama y dejó caer los codos en sus rodillas.

—Quería visitarte —alzó un hombro como si fuera lo más normal del mundo.

Lo irónico, era que ésta no era la manera ni la hora adecuada para visitarme. Eran cerca de las once de la noche, y por lo tanto, me inquietaba su presencia.

—¿Desde cuándo visitarme es tener que entrar por la ventana y darme un susto de muerte? —cuestioné sarcásticamente.

Pareció no encontrarle ningún problema porque se encogió de hombros con una sonrisa en su rostro.

—Tal vez tu táctica funciona con otras chicas, pero lamento decirte que no me gusta que aparezcas en mi habitación  —afirmé con amargura.

Su sonrisa se borró y un brillo penetrante cruzó por sus ojos antes de levantarse. Me tensé y una ráfaga de escalofríos apareció en cada célula de mi cuerpo cuando su expresión divertida desvaneció. Percibió mi miedo y se dirigió al otro lado de la habitación a mirar en silencio los libros que tenía en la comoda. Empecé a sentirme nerviosa mientras él estaba examinaba el título de los libros.

Suspiré y me crucé de brazos. Primero Max interrumpía mi intento de socializar con James, y ahora Jordan aparecía en mi habitación diciendo que quería visitarme para luego mirar mis libros como un inspector en la lectura.

—Jordan, ¿qué haces aquí? —volví a preguntar, pero ésta vez quería una respuesta razonable.

—Ya te lo dije, quería visitarte —dijo, dándome la espalda mientras cogía un libro.

—No tiene sentido que estés aquí, así que te pido amablemente que te vayas.

Dejó el libro en su lugar y se giró hacia a mí.

—¿No tienes nada qué preguntarme? —dejó caer su espalda en la pared y lanzó su pierna encima de la otra.

Él sabía perfectamente que tenía demasiadas preguntas y estaba utilizándolo en mi contra para estar aquí.

—Te aseguro que no haré comentarios tontos —dijo cuando me quedé en silencio.

Respiré profundo y empecé formular mis dudas.

—¿A qué vinieron aquella noche cuando una persona entró a mi habitación?

—Creí que habíamos evitado de que fueras atacada —arqueó las cejas, sintiéndose ofendido.

Me estremecí y fruncí el ceño. ¿Atacada? ¿quién querría atacarme? Hasta donde sabía, no tenía enemigos cerca. Aunque no podía quejarme, me habían ocultado por mi seguridad. Todavía podía recordar esa noche. Esa sensación de miedo aún estaba clavada en mi memoria.

Atracción Mortal ✅ [ Disponible en físico ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora