xiii. serpents

Začít od začátku
                                    

—¿Te sientes bien? —inquirió Toni.

Dallas era incapaz de mantener sus ojos abiertos, sus párpados se caían. Bostezó y pasó una mano por su cabello, realmente tenía sueño.

—Tengo sueño —admitió.

—De acuerdo —murmuró Sweet Pea—, termino mi cerveza y te llevo a tu casa.

—Bien.

De pronto se alzaron murmullos y al girar, Dallas sintió su corazón saltarse un latido. Cada músculo de su cuerpo se puso tieso y su mente se puso en blanco. Archie, Kevin y Moose se acercaban a donde ellos estaban, liderados por Joaquin. Por un momento, la joven sintió la bilis subir por su garganta, pero se obligó a tomar una gran bocanada de aire. Le dio la espalda al grupo de cuatro y pasó su mirada frenética por el rostro de sus amigos, quienes notaron su estado luego de ver a los extraños y la chaqueta del equipo de fútbol de los Bulldogs que llevaba puesta el pelirrojo.

—Debo salir de aquí —murmuró Dallas.

Toni pasó la mirada del grupo de cuatro a su amiga, quien llevaba una expresión de pánico en el rostro. Tomó el antebrazo de Sweet Pea y sus miradas se encontraron.

—Llévala.

Él asintió y dejó su cerveza en manos de Fangs antes de apoyar con suavidad su mano en la espalda baja de Dallas. La joven apenas fue consciente del acto, demasiado preocupada en salir de allá, pero se vio incapaz de omitir la sensación cálida que produjo.

—Vamos.

Sweet Pea se puso detrás de ella, tapándola con su cuerpo para que no la vieran. Dallas avanzó delante de él aún mareada, pero con el paso apresurado. Al salir el viento chocó contra su rostro y sintió el mareo irse un poco, a su alrededor las cosas se estabilizaron. Aún con la mano en la zona baja de su espalda, el joven la guió hasta su moto. Se subió y ella lo siguió, aferrándose a su abdomen para no caerse ni mucho menos.

En cuestión de minutos se encontraron frente a la casa de los Tate y Dallas bajó de la moto mucho más estable. Antes de irse para darse una ducha, se acercó a su lado y dejó un suave beso sobre su mejilla. La comisura izquierda de los labios del joven se alzó.

—Gracias, Sweets.

—Cuando quieras, Dal.









  LUEGO DE DARSE UNA DUCHA RÁPIDA PARA SACARSE CUALQUIER rastro de alcohol de encima y vestirse de manera presentable, Dallas tomo el regalo que su madre había dejado sobre la mesa del comedor antes de salir de la casa. No sabía que era, pero al menos no iba al Baby Shower de Polly Cooper con las manos vacías.

Subió al penthouse de los Lodge y tocó la puerta con sus nudillos. Betty fue quien le abrió y pronto se sumieron en un abrazo.

—Gracias por venir —murmuró Betty al separarse.

Con una pequeña sonrisa en sus labios, Dallas se encogió de hombros.

—Es lo menos que podía hacer.

Luego de entrar la joven Tate saludó a Veronica y a Polly, dándole el regalo.

serpent stare ━━ sweet pea ✓Kde žijí příběhy. Začni objevovat