Mi Inocente Rey

797 57 14
                                    

.

.

.

La Hermosa Inocencia de Nuestras Flores

Mi Inocente Rey

 

WOLFRAM'S POV.

"Creo que he llegado a mi límite."

Si empezara esta línea de pensamientos seguramente no sería capaz de detenerme nunca. Necesito obligarme a dar dos pasos atrás en mi mente para volver a mis cinco sentidos. ¿Límite? De ninguna manera. No voy a admitir la derrota ahora, ni en un futuro cercano. No lo hice durante el duelo que pisoteó mi orgullo y ciertamente no lo haré ahora en que he avanzado tanto tramo en esto. Ante él, de entre todos los hombres, no permitiré una derrota tan lamentable sin luchar hasta el último aliento. Lo he decidido. 

El fuerte movimiento de mis manos al cerrar el libro que de poco o nada me ha servido de distracción llama la atención de los dos hombres que ocupan la sala además de mi persona. Me pongo de pie sin mirarlos. No he olvidado que quien está interfiriendo aquí soy yo, pero no mostraré arrepentimiento alguno por causar tanto escándalo cuando he jurado en silencio no molestarlos. Tengo la experiencia suficiente con mis propios desplantes como para no sonrojarme cuando mi hermano mayor me mira ofendido. Tan familiarizado estoy como para saber que esa pesadez en mí es precisamente por su enfado ante mis actos.

—Iré fuera un rato... —informo para nadie en particular, antes de abandonar el despacho del rey.

Sé que al estar comprometidos lo adecuado sería notificar a mi futuro esposo de mis planes con algo más de detalle, pero me he hartado de intentarlo. Para un mazoku, quien vive los años tan lentamente, el que estemos en un punto muerto por tanto tiempo es suficiente castigo. Ni qué decir de la mirada contrariada que sé me dedicó al salir de manera tan abrupta. No puedo culparlo. Siempre soy yo quien insiste en acompañarlo por horas enteras durante el cumplimiento de sus labores, y soy también yo quien decide abandonarle sin dar más explicaciones. Los últimos meses han sido especialmente asfixiantes. Luego de que este rey enclenque regresara a su hogar por una temporada más larga de lo que quiero pensar, muchas cosas han estado ocurriendo en el Pacto de Sangre.

Si no fuera porque mi hermano se las arregló para ponerme al frente de la nación debido a que seré el futuro consorte, bien pude haber disfrutado unas largas vacaciones en mi hogar, lejos del estrés que supone toda la política en nuestro país. Sé que algo de mi mal humor es debido precisamente a que han pasado meses desde la última vez en que pisé los jardines de mi amado Bielefeld. Solo puedo culpar a mi madre por esas sensaciones. Obligó a sus tres hijos a aprender al menos una tarea que no estuviese relacionada con la milicia, y cada uno se encargó de buscar su propio pasatiempo. Mi hermano mayor posee incluso más de uno, incluyendo sus tejidos y la repostería. Weller fue por los mismos pasos. Odio admitirlo, pero cuando no se trata de postres, él es realmente excepcional en la cocina. El que se encontrara con el dichoso béisbol fue otra suerte. Se ha escudado diciendo que los deportes no son realmente de contacto, así que madre lo ha perdonado. 

Al final me tocaba a mí encontrar algo más que ellos no hubieran ya tomado. No por no soportar la idea de compartir tiempo con ambos, sino porque madre arregló que cada uno fuera por su lado. Odio cocinar, y que mi elemento sea el fuego no evita que todo se me pase de tiempo en las flamas. Me gusta seguir la rutina de mi guardia —yo mismo he adaptado ésta de acuerdo a lo que considero mis soldados necesitan, incluso me hago cargo mi propia rutina diaria—, pero no me veo siendo capaz de dedicarle más esfuerzo físico a actividades que no me entretienen. Tampoco planeaba despertarme más temprano de lo que la academia exigía, así que mis opciones fueron limitadas. Me arrastró hacia jardinería porque pensaba que la pintura era demasiado solitario.

OS. Mi Inocente Rey {KKM!}Where stories live. Discover now