¿Esto qué es? - pregunté.

Pelucas. - dijo y yo la mire. - Es posible que te vean en público con estos hombres y te saquen fotos. Te sugeriría que hagas lo posible por evitar situaciones así, pero si no hay remedio, al menos las pelucas te ayudarán un poco. No queremos que nadie se entere que la misma mujer está casada con tres hombres diferentes. - Dianna sacó una peluca rubia y me la dio. - Ponte esto. Cuando estés con Keith, serás rubia.

Me puse la peluca y me miré al espejo que había detrás de la puerta del armario. No me reconocí. 

Bien. Quítatela. No la uses en la oficina. Póntela en el cochee y asegúrate de usarla siempre que estés con Keith. - Dijo Dianna. 

Vale. - Contesté. 

Dianna sacó otra peluca, esta era de cabello corto. - Esta es para Scott. - 

Me la puse. Es increíble como cambia mi aspecto, incluso me siento diferente. De pronto me dan ganas de andar en bicicleta y surfear en la playa. Y con la peluca rubia me sentía muchísimo más sensual. 

Te queda bien. Quizá deberías cortarte el cabello así. - Dijo Dianna. 

Creo que las pelucas son una buena forma de decidir un nuevo corte de cabello. -dije sonriente. 

Pienso lo mismo. - dijo devolviendo la sonrisa.  - Te permiten saber cómo te quedará un estilo antes de empezar a cortar. 

Sí, así decidiré mis cortes de cabello a partir de ahora. - continué diciendo. 

Hanna me dio la última peluca. Era de cabello rojo, largo y rizado. Me la puse. 

¡Oh! Esta me gusta mucho. Me pregunto que pensará Tyler de ella. - dije asombrada al verme con esta peluca. 

Creo que estás disfrutando esto más de la cuenta. - dijo Dianna algo desafiante. 

Oye, sólo intento entrar en mis personajes. - traté de defenderme. 

Sí, lo veo. Lo hace muy bien. - dijo nuevamente con una sonrisa. 

Bueno, hora de irme. - Anuncié. 

Si tienes algún problema con Keith, llámame. Sé que puede ponerse algo pesado. - dijo Dianna nuevamente. 

Estaré bien. - dije. 

Me detuve algunas calles antes de la casa de Keith y me puse la peluca. ¡Ahora soy una rubia fatal! Al llegar a su casa, no pude evitar quedarme con la boca abierta. Sabía que era muy rico... ¡pero no tanto! Su casa era la mansión más grande que había visto en mi vida. 

Keith me estaba esperando en la puerta. 

¿Ahora eres rubia? - me preguntó. 

Pensamos que este estilo quedaría bien contigo. - dije.

Pues sí, estoy de acuerdo. Me gustan las rubias. - dijo Keith con una leve sonrisa.

Entonces teníamos razón. - dije devolviendo la sonrisa. 

¡Ven, entra! - exclamó. 

Keith se movió hacia un lado y entré. Keith me miraba de pies a cabeza como un halcón. Sí, será rico, pero a mi eso me da igual. Mañana podría perderlo todo. Es una casa nada más. ¡¡Pero qué casa...!! Candelabros, azulejos de mármol, pinturas... ¿Así será mi vida los lunes y los martes? ¡Nada mal! Pero intentaré no emocionarme demasiado. 

Te mostraré tu suite para que puedas dejar tus cosas. - dijo Keith sacándome de mi nube personal. 

Un mayordomo se acercó, cogió mi maleta y nos pidió que lo siguiéramos. 

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⏰ Last updated: Nov 05, 2018 ⏰

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My Fake MarriageWhere stories live. Discover now