Parte primera

269 16 0
                                    

Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.


El deseo, la lujuria y las ganas se proclamaban reyes esa noche. Encerrados en aquella habitación pudieron, al fin, ser un mismo cuerpo. Ese encuentro fácilmente pudo suscitarse años atrás, cuando se conocieron por primera vez, pero no fue así. Ambos recorrieron otros mares, otros cuerpos, otros corazones antes de esa noche. A pesar de ello, estaban: en las sombras, en el sigilo, en la discreción. Aunque no se hablaban ni se veían.

La comunicación volvió a surgir luego de que ella rompiera con su pareja. Él la esperaba en silencio desde el banco de suplentes; paciente, expectante, apacible.

Habían perdido mucho tiempo, pero se dieron cuenta de que su química continuaba intacta, que ambos se hacían bien, que se divertían, que sonreían teniéndose. Y que, en realidad, se conocían más de lo que pretendían. Aunque cierta ocasión ella le había dicho, por mensaje de texto, que no deseaba consentir algo con alguien a quien no conocía del todo.

"Es entonces cuando realmente me doy cuenta de que compartimos intimidad con personas que no conocemos... y nos desmotivamos rápido. O propiciamos relaciones sin sentido que conducen hacia un mismo destino. Y no quiero que pase eso entre los dos. Matamos las ganas, ¿y luego qué? Los mensajes comienzan a escasear, las conversaciones se tornan superficiales, tal vez me llames cuando necesites calor humano... Y después uno de los dejará de escribir ya sea porque llegó alguien más o por falta de interés." Citaba el mensaje.

Él, por su parte, estuvo de acuerdo; debía dejar que lo conociese. Era tan reservado a veces, y otras se abría como el capullo de una rosa a fin de año. Ella adoraba cuando eso ocurría, lo veía, lo admiraba, le gustaba un poco más cada vez.

Se deseaban, de eso no cabía duda. ¿Pero había algo más? Era difícil precisarlo. Se buscaban, no había día en que no supieran del uno del otro. ¿Podría ser catalogado como una amistad? Pero entonces, ¿qué con el brillo de ella cada que mencionaba su nombre? ¿Qué con la curiosidad de saberlo todo y acapararlo? ¿Qué con las ganas de traspasar la pantalla del teléfono móvil y recostarse en su pecho hasta que todos sus miedos se esfumasen? ¿Qué con los sueños eróticos? ¿Y las fantasías a plena luz del día, en el trabajo, en la cama, a cualquier hora? ¿Qué con la necesidad de escuchar su voz? 

Des[conocidos]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ