—Hola, Jaehyun —dice Youngho mientras le sonríe y se quita el abrigo—. ¿Qué estabas haciendo?

—Nada.

—Vaya. Creí que había interrumpido algo, diste un salto cuando entré —burla Youngho porque sabe que Jaehyun se trae algo entre manos pero no quiere confesarlo. El aludido se encoge de hombros y trata de esconder rápidamente la vieja libreta, Youngho logra verla mas no dice nada ya que sabe que no es de su incumbencia.

—Sueles llegar más tarde. Me sorprendiste—. Jaehyun siente que habla de más y, ¡demonios! El corazón le late como nunca antes, con un ritmo rápido e infrenable y de cuyo alcance no tenía ni el más mínimo conocimiento.

Youngho sonríe sin enseñar sus dientes aunque Jaehyun le esté dando la espalda ahora. Piensa que su comportamiento tan terco es adorable y que le gustaría poder descubrir más facetas de él, aunque al final de abril debiera marcharse de allí y no tuviera la oportunidad de ser más que el simple hombre alto que observa al chico misterioso que toca la guitarra y canta en equis plaza. Llevaba mucho tiempo queriendo saber quién se escondía detrás de esa máscara y ahora que conoce a esa persona, desea poder aferrarse a ella pero tiene miedo de salir hecho añicos en el intento.

Por lo que ha llegado a observar, se da cuenta de lo herido que se encuentra Jaehyun. Y sabe que sería difícil intentar apostar por alguien que se halla roto y que está totalmente cerrado a los demás.

Pero no puede evitar sentirse atraído.

Le es imposible.

La curiosidad, la necesidad de descubrir lo que atormenta a Jaehyun y sus ganas de ayudarlo a salir de lo que hiciera falta son mucho más grandes que cualquier tipo de miedo. Así que es amable, es generoso y bondadoso, porque siente que nadie lo ha sido con Jaehyun y lo merece. Después de todo, no es un monstruo como pensó y lo juzgó por la familia de la que venía, solo para darse cuenta de que no había cosa en la que pudiera equivocarse más.

   —He pasado por el supermercado y he comprado pizza. ¿Te gusta la barbacoa? —Youngho le ofrece comida y en vez de negarse como tenía planeado hacer cada vez que éste le dijera algo parecido, asiente y termina de ocultar su libreta en uno de los cajones del armario feo que arruina la decoración del salón—. Perfecto.

   Jaehyun siente la obligación de ir a la cocina y quedarse allí junto a Youngho, aunque fuera sin hacer nada, ya que va a preparar algo para él y lo mínimo en lo que puede colaborar es haciendo acto de presencia. Se apoya en la encimera y se cruza de brazos mientras Youngho abre la pizza y la mete en el horno.

   —¿Por qué no usas el microondas? Es mucho más practico —inquiere Jaehyun y Youngho suelta una pequeña risa.

   —¿Crees que si el microondas funcionara usaría el horno? Encima de no ser práctico, necesita mucha energía. Por eso solo lo uso en casos de emergencia —contesta aún con un tono divertido y Jaehyun sonríe y muerde su labio inferior.

   No contesta y algo en su interior le dice que lo haga. Quiere ser amable y agradarle a Youngho, pero por otra parte es lo que menos desea.

   —Es la primera vez que hablamos en días —comenta Youngho mientras se coloca manoplas para sacar la pizza del horno—. Aún no encuentro dónde quedarme. Lo siento, buscaré mucho más en cuanto tenga tiempo.

   —No te preocupes —responde con rapidez y sin tiempo de pensar mucho. El rostro triste de Youngho lo hace sentirse como la peor mierda de toda la galaxia, y lo acepta porque siente que de alguna forma lo es. Suspira y ve necesario consolarlo—, aún tienes tiempo para encontrar un lugar que te agrade. Puedo ayudarte, si quieres, todavía no empiezo a estudiar.

   "No. No quiero que me ayudes porque en verdad sí que tengo dónde quedarme y puedo ir cuando quiera. Kangjoon me recibirá cuando yo lo avise. Realmente... me gustaría que al finalizar el mes me dijeras que me quede y que no es necesario que me vaya, que te sientes cómodo con mi presencia. Pero, vaya, no vivimos en un cuento de hadas, por lo que esperaré a que el mes se acabe para irme."

   —No, no. No hace falta, yo puedo solo.

   ¿Está siendo infantil? Sabe que Jaehyun quiere se marche rápido, pero no le apetece hacerlo. Al fin y al cabo, se siente atraído hacia él y en cuanto llegue la fecha no lo volverá a ver si no consigue su número o hacerse amigo suyo. Y después de todo... aquel piso fue su hogar desde que cumplió los dieciocho. Tres años de recuerdos no se olvidaban fácilmente, ni tampoco era bonito separarse de lo que consideraba casi suyo. Casi, porque al fin y al cabo sabía que se le podía ser arrebatado en cualquier momento, mas no esperaba que fuera tan pronto.

   —De acuerdo. ¿Ya está la pizza? —Jaehyun decide dejar el tema porque Youngho se ve incómodo hablando sobre irse y lo entiende.

   —Síp. Está muy caliente, ten cuidado —le advierte y Jaehyun se siente cálido hasta los huesos de repente. ¿Le gusta o no que Youngho sea tan atento con él? No lo sabe, pero se inclina más a que sí y eso lo aterroriza.

   —Me gusta más cuando está caliente.

   Después, Youngho le ofrece una cerveza y la rechaza. Nunca le ha gustado el alcohol y ha recurrido pocas veces a él, por lo que no está acostumbrado a beber. El sabor amargo de las bebidas alcohólicas lo disgusta en demasía y en vez de la cerveza abre un bote de Coca-Cola. Youngho dice que prefiere Pepsi porque tiene más gas y así inician una discusión sin mucho sentido que los lleva a un sinfín de risas algo extrañas y un dolor inaguantable en las costillas.

   A Youngho le gusta provocarle una risa o varias. Opina que debería reír más porque incluso su risa es melodiosa. Mucho más allá de su físico (el cual es mucho más que bueno), Youngho sabe que su corazón es maravilloso. Y esas risas le salen de ahí.

   —Me ha gustado mucho escucharte reír. Es bueno que lo hagas —dice mirándolo a los ojos y Jaehyun carraspea, y baja la mirada a los pies de Youngho.

   —No deberías decirle eso a alguien como a mí —Jaehyun relame sus labios nervioso y acaba mordiendo su labio inferior, como si fuera un hábito.

   —¿Qué contigo? ¿Qué quieres decir?

   —Que no soy como tú. Si le dices eso a un chico gay, podría formar mil historias en su cabeza sobre con qué intención dijiste eso—Jaehyun se mueve de su sitio y siente sus orejas ardiendo, supone que se han puesto rojas y se dirige hacia el sofá con la intención de acostarse.

   —¿Eres gay? —pregunta el contrario y Jaehyun, como no lo mira, no se da cuenta de la chispa de esperanza que destellan sus ojos.

   La pregunta se queda en el aire y aunque Jaehyun no responde, ambos saben que la respuesta es afirmativa.

   "¿En qué diablos estabas pensando? ¿Te interesa Youngho si quiera para que le digas eso?" se pregunta y se martiriza hasta que le entra sueño. Tal vez no le molesta tanto la presencia de Youngho sino la forma en que lo hace sentirse. Lo hace sentirse... ¿importante? No, no importante. Pero el hecho de que piense en él por un momento y tenga el detalle de prepararle el desayuno o darle toda su atención cuando son sólo ellos dos lo llena inmensamente.

   No quiere acostumbrarse a tener a Youngho cerca. Pero le gusta tener a alguien bondadoso con quien compartir el día.











¡Solo me queda un examen mañana y termino! Aunque descanso por poco tiempo, en dos semanas tengo otro, jaja.

Espero que os haya gustado. :>

sur des rêves et des bisousOnde as histórias ganham vida. Descobre agora