- Me encantará saber sobre aquello, pero disfrutaré más sabiendo porque me cuentas todo esto a mi y se lo estás ocultando a tu otra hija, dudo que Haeri sepa sobre esto.

     Dorian se percata del reproche en el tono de voz que emplea su hija al mencionárselo. Él mismo sabe que no debería estar ocultándoselo a su otra hija, ni siquiera por su propio bien.

     Tanto Olympia como Haeri son nacidas del mismo padre, Dorian, alguien de la realeza Haer y por ello ambas deberían saber todo aquello sobre su legado familiar, sin embargo, no quiere que Haeri sepa sobre todo aquello.

     Es algo que prefiere evitar.

     El poder real no es una habilidad como tal, es una maldición que cae en aquellos nacidos bajo la corona y que tan solo las reinas pueden poseer y solo puede ser una vez los antiguos dioses consideran que debe merecerlo.

- Haeri no podrá nunca optar por tener aquellas habilidades, solo tu podrás – anuncia mientras sigue cabalgando con rapidez para llegar lo antes posible al lugar – es una larga historia, espero que estés preparada para nuestro largo camino, porque antes de llegar necesitas saber sobre todo esto.

- Puedo soportarlo llegados a este punto – asegura con confianza – no pienso huir.

- Sabía que dirías eso – suelta una pequeña carcajada que logra que Olympia sonría – por eso voy a contártelo todo.

>> El motivo de que la familia real Haer desapareciese fue justamente la habilidad que nos otorgaban nuestros dioses, esas habilidades que si son usadas para el bien son beneficiosas y aseguraban la prosperidad del reino, pero que sí, en cambio, no son usadas para el bien, aseguraban un sinfín de guerras y muertes.

>> Aquellas habilidades son solo otorgadas a la reina, aquella que llevará la corona y proseguirá con el linaje real. Es decir, esa habilidad solo puedes heredarla tú, Olympia. Posiblemente incluso hayas experimentado alguna anomalía, como una rápida recuperación física o incluso una calma extraordinaria en las más peligrosas situaciones.

- Lo hice, lo experimenté – mira ligeramente su pierna – fui herida unas semanas antes de llegar al poblado, sanó demasiado rápido como para tratarse de algo normal.

- Me lo suponía en cuanto te vi aparecer el primer día junto a tu amigo. Hay algo que solo nosotros, nuestra familia, posee y eso es un aura. No suele ser visible para personas ajenas a nuestra familia a menos que se de en una situación específica y permíteme comunicarte que tu aura es sumamente brillante, más que la de Haeri o la mía propia.

>> Hay un azul brillante a tu alrededor, repito, imperceptible para todos aquellos que no seamos de la familia. El poder verlas desde luego también es una habilidad que debes desarrollar del mismo modo que Haeri y yo hicimos.

- ¿La gente común no tiene una?

     Dorian niega con la cabeza.

- No tienen una aura como tal – hace una pausa al recordar algo – en realidad es algo similar. La gente con un corazón cubierto de oscuridad y en el que solo puede sentir odio, así como tu hermano, hay una neblina negra a su alrededor.

>> También deberías conocer los tipos de aura que existen, así como esa neblina negra significa un alma corrompida llevada por el odio, hay ciertas personas que tienen una neblina brillante, casi blanca, aunque es bastante infrecuente. Sobre las nuestras, dependiendo del color pueden significar infinidad de cosas.

- Estoy deseando poder escuchar sobre aquello, pero me temo informarte que hay alguien cortándonos el camino, mejor dicho, hay bastantes personas frente a nosotros.

Lucha de coronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora