Capítulo 1 "Me presento" (corregido)

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Hace poco, una noche mientras tomaba cerveza en la terraza de mi departamento con mi amiga Gaby. En uno de esos momentos, en los que a ésta loca se le da por filosofar, o simplemente, esta tan al pedo que se pone a pensar estupideces, me preguntó mientras miraba el cielo recostada en mi reposera:

—Che, Marucha, ¿Si te murieras ahora, que pensás que tendríamos que poner en tu lápida?

—Gaby, ¿me tenés que matar?

—No te estoy matando... solo pensaba ¿Qué pensás que tendríamos que poner? O ¿Qué crees que pondríamos?

—Te aviso, no me pienso morir. Todavía me falta complicarle la existencia a unas cuantas personas, incluida vos... —digo riéndome.

—Bueno, digámoslo así, cuando seamos viejitas y te mueras, después de joderle la existencia a medio planeta, ¿Qué crees que tendríamos que poner?

—Es que...

— ¡Mara, por el amor a Dios! ¿Qué crees que tendría que decir tú lápida? No es tan difícil la pregunta...

— ¡Bueno! No es algo en lo que piense mientras que estoy tomando cerveza o antes de irme a dormir... No sé. —lo pienso por un momento y luego le digo:

—A ver..., creo que diría:

"Aquí yacen los resto de una amiga de sus amigas,

hija y hermana cariñosa,

como también la mujer que aprendió que la gente es caca

y la trató como tal.

Dudo que pueda descansar en paz,

Ya que va a seguir jodiendo pos-mortem."

—Me gusta... Pero es muy largo. ¿Cómo tiene que ser el tamaño de la lápida para que entre todo eso? No es tu biografía lo que hay que poner. —me dice riendo.

Lo pienso por un momento y le digo:

"Amiga de sus amigas, hija y hermana cariñosa.

También la peor pesadilla del resto del mundo"

—Sigue siendo larga, viste que se ponen pocas palabras... —me contesta mirando el cielo mientras toma un trago de cerveza—.

—A ver, ¿Qué te parece?

"Amiga, hija, hermana y muy perra."

—Ese me gusta... Creo que es la mejor descripción... —me contesta riendo.

— ¿Y vos, que tendríamos que poner en tu lápida?

—Ah, yo no voy a tener lápida, voy a pedir que me cremen y que mis cenizas las tiren en la punta del Aconcagua. Así que, la que me quiera ir a dejar una flor, que viaje. Manga de yeguas... Ya me las imagino, dos viejas chotas, que no van a poder con su alma, subiendo al Aconcagua para dejar una flor... —dice entre carcajadas —. Como me va a divertir eso... Y yo sobre una nube haciendo la danza de la lluvia y todos los efectos climáticos para que se caguen de frío... —me dice mientras se ríe a carcajadas.

— ¿Pensás seguir siendo una perra reventada hasta en la muerte? —le digo riendo. Me parece que la cerveza se me está subiendo a la cabeza.

—Obvio... —me dice mirándome de reojo.

—Bueno, reservame un lugar cerca de tu nube, así nos divertimos juntas.

Esa noche terminamos las dos descostilladas de la risa y también muy borrachas, diciendo todo tipo de estupideces. Bueno, como siempre...

Muy mal lo mío, no me presenté, Mi nombre es Mara González, tengo veintiocho años y soy diseñadora gráfica. Trabajo un una empresa de medio pelo como coordinadora de un grupo de diseño, me pagan bastante bien y sobre todo me gusta mucho.

En el trabajo soy todo un personaje diabólico. Cruela de Vil, al lado mío es Bambi. No por nada me llaman "la perra descorazonada", ellos creen que no sé qué me llaman así, pero yo soy como Dios, estoy en todas partes...

Como les contaba, el grupo que tengo a cargo me odia, y la verdad que no me importa en lo más mínimo. Los tengo todo el día trabajando, no los dejo tranquilos ni treinta segundos. Creo que hasta deben soñar conmigo. Yo acá no vengo a hacer amigos. —Ya no—. Vengo a trabajar y a ser la mejor, y si para eso les tengo que cortar la cabeza a todos, lo voy a hacer.

Pensaran, que realmente soy una perra y ¿saben una cosa? Sí, lo soy. Ya hace unos años me dieron una clase teórico-práctica acelerada, y aprendí, no de la mejor forma, que si no te haces respetar, se cagan en vos. Así que, como soy muy buena aprendiendo, ahora o me siguen el ritmo o chau, chau...

En mi vida personal soy muy distinta. Amo a mi mamá y a mi hermana, haría cualquier cosa por ellas; al igual que a mis amigas, amo a esas dos yeguas y sé que ellas a mí.

Las chicas me definen como bipolar, dicen que no es normal que sea una persona horrible en el trabajo, yendo por los pasillos taconeando y arruinando las mentes de todos los que se cruzan en mi camino. Y cuando estoy con ellas o con mi familia soy toda dulzura y que si me piden algo me desvivo por hacer todo lo posible por ayudarlas. Pero el tema es así de simple, yo separo mi vida en dos mundos: por un lado está mi pequeño gran mundo donde están las personas que quiero, que es un grupo muy, muy reducido, son personas que están siempre, y con las no podría vivir sin ellas. Y después está mi otro mundo, que es mucho más grande, y es en donde está el resto de la humanidad, gente que me da lo mismo si están o no, o si necesitan algo de mí.

No siempre fui así, obviamente, todas estas locuras las provocó alguien en quien confiaba y me lastimó, pero no vamos a hablar de esa basura, no vale la pena. Al menos, no por ahora...

Tal para cual... (Ya está en físico)Where stories live. Discover now