¿Hay alguien más?

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DISCLAIMMER

Ni la serie de Voltron: El defensor legendario ni ninguno de los personajes presentados en esta historia me pertenecen. Todos son propiedad de sus creadores originales Toei animation y World Events Productions y las licencias de esta versión que competen a Dreamworks animation SKG en asociación con NETFLIX.

Yo hago esto sin fines de lucro, sólo para el mero entretenimiento mío y, espero, de ustedes.

NOTA INICIAL

¡Hola, hola, miembros de la rebelión contra el imperio Galra!

Es un gusto saludarlos de nuevo (o por primera vez, y de ser así, sed bienvenidos a este recoveco delirante que es mi imaginación).

Así que, como siempre, empezaré por la introducción anecdótica que a lo mejor nadie lee y a nadie le importa:

Nunca creí que escribiría este one-shot, que retomaría esta idea. "¿Hay alguien más?" fue el segundo fanfic que se me ocurrió apenas vi la temporada 6 (esto nos sitúa mucho antes de la gestación de "Las Estrellas en Tu Piel" o "El Conejo Blanco"); pero la historia comenzó con un enfoque muy diferente. Cuando se dio aviso de la temporada 7, pausé su desarrollo porque no estaba segura de ciertos aspectos, y desplace la idea porque al final mi historia desembonaba bastante con el canon.

Actualmente estoy escribiendo un fic Sheith de varios capítulos (estoy por comenzar el 5), pero entre mis divagaciones encontré el archivo de "¿Hay alguien más?", apenas este jueves y aunque no es mi idea más original ni llamativa, quise darle una segunda oportunidad debido a que es una de mis pocas historias de Voltron situadas en el universo de... bueno Voltron.

Quizás fue bastante apresurado el final y las cosas no son muy convincentes, pero no me pidan mucho, lo escribí en cosa de dos días. XD Así que esto resultó.

¿Quieren saber qué?

Bueno, entonces no nos dilatemos ni un tick más y comencemos...



¿Hay alguien más?

Sus ojos se contrajeron en una mueca de dolor, profiriendo un corto pero gutural quejido que rebotó por las paredes metálicas del área de carga del León Negro. Respiró y se apresuró a brindar una reconfortante sonrisa a la joven alteana, cuya culpa teñía cada facción de su angelical rostro.

-¡Lo lamento mucho, Shiro! –de inmediato comenzó a deshacer los vendajes con los que había rodeado el cableado y la piel expuesta por la ausencia del brazo Galra.

-No te preocupes –le aseguró con el tono más afable que logró obtener, pasándose la mano por el cabello platinado, sólo por tener algo qué hacer-. Créeme, he sufrido dolores peores. Esto... esto no es nada.

Se miraron a los ojos un instante, ambos rememorando el reciente trato hostil por parte de Zethrid, Ezor y su tripulación. Romelle reaccionó entonces; le era común ya, pese a la prontitud, perderse entre las profundidades grisáceas de aquel hombre. Inclinó la cristalina mirada violeta, cavilando emociones que afloraban en su pecho, incapaz de evitar la sonrisa minúscula o el aleteo rosado a través de las mejillas.

-Eres un hombre muy valiente –dijo, todavía sin atreverse a verlo del todo. Decidió que era más prudente vendar desde cero.

-No es así –le aseguró el antiguo paladín negro-. Pienso más bien que con el tiempo mi lumbral del dolor ha ido creciendo. Es todo.

¿Hay alguien más?Where stories live. Discover now