Parte 2

22 0 0
                                    


Desde aquí te mando un beso directo a tu boca, no creas que después de viajar catorce mil kilómetros el beso se va a conformar con tu mejilla.


La madrugada nos volvió a juntar para filosofar como aquellas noches en La Plata. Esta vez sin alcohol ni cigarros ni porros. Sin manos inquietas, sin besos en tu boca, sin poder ver tus ojitos casi cerrados. Y a pesar de tantos días en otros brazos y tanta distancia y a veces silencios, basta una sonrisa tuya, una palabra y otra madrugada en que te aparezcas así para dar vuelta mi mundo y volar de regreso a pedirte que hagamos una segunda parte que sea buena.


Cuando el ratón que mueve la rueda de la creatividad jadea a punto de morir se recomienda un tazón de amor, si es posible con mucho sexo, nada en dosis moderadas, todo a manos llenas. Desconectar celulares y computadoras y cualquier nexo con el mundo exterior durante mínimo veinticuatro horas. Se permite el uso de la tecnología solo para fines de ambientación, la música es el papel mágico que envuelve besos para regalo y los convierte en recuerdos almacenables para cuando se necesite.

La coincidencia es fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora