Eran las 3 de la mañana. Pablo se había quedado a dormir en mi casa ya que estaba lloviendo intensamente, se había quedado en la sala, insistió en dormir en el sillón; él se quedó dormido a las diez lo cual era algo extraño, supuestamente no dormiríamos jugando Fornai, pero bueno, después de él yo también terminé quedándome dormido, pero... a las 3 de la mañana... el sonido de la lluvia fue insoportable. Llovía tan fuerte que me levanté, de pronto una luz se asomaba por debajo de la puerta de mi cuarto, seguí la luz por el pasadizo para dirigirme hacia la computadora, y entonces, ocurrió...
Una madrugada del 2018, yo...
lo vi...
vi a Pablo...
masturbándose con una foto...
de...
el mayoneso.
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Ahí estaba él, autocomplaciéndose sensualmente, estaba sentado en el sillón, con una mano agarrando su celular y con la otra... Ajusticiando al ganso... Mis ojos no podían creerlo, jamás había visto a Pablo en una situación tan íntima. Él seguía agitando su mano de arriba hacia abajo, y yo no podía dejar de mirar, de pronto él empezaba a lanzar pequeños y suaves gemidos y yo empezaba a excitarme poco a poco, mientras las gotas de lluvia seguían cayendo fuertemente, pero no tan fuerte como Pablo sacudiendo su mano de arriba para abajo, yo empezaba a sonrojarme mientras lo observaba llegar al clímax... Y sin darme cuenta, él y yo habíamos llegado juntos.
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