— ¿No sería sospechoso?

— Me da igual, estaríamos más cerca. Solo será un mes y algo, después volveré a Los Ángeles.

— Lo tenéis todo planeado.

— Todo está escrito. Si te mudas, te estaré esperando y podríamos ir al estudio.

— ¿Cuándo vas a sacar música?

— Aún no es el momento. No estoy preparado.

— Me preocupas —paso una mano por su mejilla.

— Estoy bien —sonríe—. Solo algo cansado de la vida, pero estoy bien.

Su frente se pega a la mía y cierro los ojos disfrutando del afecto. Me había sentido sola y tenerlo aquí era diferente.

— ¿Te vas a casar con ella? —Pregunto murmurando.

— No, pero haremos creer al mundo que sí. Sigo enamorado de ti, solo quiero casarme contigo.

— Aún soy muy joven —Sonrío y abro los ojos para encontrarme su mirada penetrante.

— ¿Joven? Nunca se es demasiado joven si amas a esa persona.

— Justin, a día de hoy, ninguno de los dos sabemos lo que el destino nos tiene preparados.

— Te quiero, y tú también me quieres, ¿no?

— Sí, pero precipitarse es tu mayor virtud. Deja que las cosas sucedan y lleguen cuando tenga que llegar.

— Hmmmm...

Justin empieza a darme besos por todo mi rostro y me río.

— Estoy escribiendo un libro —le informo.

— ¿Un libro sobre qué? —Él me estrecha entre sus brazos.

— Sobre mí. ¿Sobre qué más va a ser?

— ¿Y cómo va a llamarse?

— Hmmm... Strangers.

— ¿Strangers? ¿Crees que la gente lo leerá? ¿Salgo yo?

— Puede que salgas y sí, creo que la gente lo leerá.

— Me gustaría leerlo primero.

Sonrío y beso su mejilla para después bajarme de la colchoneta y caer en el agua.

— ¿Dónde vas, preciosa? —Me pregunta mientras nado a las escaleras.

— A ducharme, quiero ese helado.

— Te acompaño.

— Hay tres baños, duchate en otro —Salgo de la piscina.

— ¿Qué? Yo quiero en el tuyo.

— El mio va a estar ocupado por mi. Se un niño bueno, Jay —me lio con la toalla y entro en casa.

Justin está esperándome en la entrada y silva cuando me ve.

— Qué guapa.

— Siempre. Si algún día sales conmigo y se hace público, a no ser que los dos vayamos de Sport, por favor, jeans y camisetas de tu talla.

— ¿Me vas a cambiar el estilo?

— ¿No es lo que hacen las novias? ¿Ir amoldando un poco al chico?

Justin se acerca a mí y pone sus manos en mi cintura. — Me gusta como suena la palabra novia.

Junto mis labios en una fina línea y sonrío sin enseñar mis dientes. Paso mi mano por su pecho y las subo hasta su pelo.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora