— ¿Estás seguro? — le pregunto.

Él sonríe y me abraza por la cintura. — Quiero una vida contigo y que compartamos nuestros sueños... Estoy completamente seguro.

— Recuerdas lo que te dije sobre que me encantaría dedicarme a lo que tú vas a dedicarte. — observo, abrazándolo por el cuello.

— Si, y he deseado esto por demasiado tiempo... — susurra, rozando sus labios con los mios.

— De acuerdo... Haremos esto juntos... — murmuro, sintiéndome la mujer más feliz del mundo, antes de besarlo con ternura.

Él me corresponde el beso mientras acaricia mi mejilla con suavidad y sonríe contra mis labios.

— Te amo, Laura. — dice en voz baja.

— Yo también te amo, Lynch.

Ross se ríe y me abraza con fuerza antes de atacar mi boca nuevamente. Increíble.

***

Esa misma tarde, es la ceremonia de Ross y yo no dejaba de sonreir. Lydia ya estaba llorando y Adam no dejaba de mirar con orgullo hacia la fila en donde se encontraba mi novio, Luke, el tío de Ross, estaba igual que su hijo.

— ¿Tú eres la novia de mi primo? — pregunta una voz infantil y me giro para encontrarme a una niña de siete años fulminándome con la mirada.

— Si, soy su novia... Tú debes ser Mackenzie. — respondo con una sonrisa.

— Él seguirá viniendo a mi casa a jugar conmigo. — me informa, apuntándome con su dedo, antes de marcharse al lado de Lydia, quien hablaba con su esposo.

La miro boquiabierta, ¿Mackenzie se había convertido en una celosa protectora de su primo, quien ahora es mi novio? Por lo que me ha contado Adam durante estos años, no quería tenerla como enemiga.

— De acuerdo, familias y amigos, daremos comienzo a la ceremonia. Primero que nada, quiero agradecerles a todos por su presencia y felicitar a estos estudiantes, sobre todo a uno en particular... Ross Lynch. — dice, y nosotros vitoreamos mientras aplaudimos, provocando la risa de Ross. — El señor Lynch ha terminado su carrera en la mitad del tiempo promedio y se le ha ofrecido una beca en Harvard. Columbia está feliz de haber tenido a un estudiante tan destacado, dedicado y brillante como él. Sin decir más, llamamos a Ross Lynch al escenario para hacerle entrega de su título.

Sonrío orgullosa con lágrimas en los ojos y Lydia suelta un sollozo cuando Ross sube al escenario y toma su diploma, sus ojos primero se dirigen hacia el cielo y una sonrisa leve se asoma en su rostro. Sus padres y su hermana, esto era para ellos.

Antes de siquiera darme cuenta, yo también estoy llorando y la mirada de Ross se centra en mi, sonríe ampliamente y me guiña el ojo. Todo el mundo lo aplaudía y vitoreaba efusivamente, pero yo solo me centro en él y en esa mirada llena de orgullo y felicidad.

Lo había logrado.

La siguiente en ser llamada es Ashley Bennoit, y recorro el jardín con la mirada para ver a su familia pero me extraña ver todos rostros indiferentes. Nadie la vino a ver en su día más importante.

— ¡Vamos, Ashley! — grito yo, mientras aplaudo y sonrío.

— ¡Esa es mi chica! — exclama Adam, entendiendo lo que estaba pasando.

Todos la aplauden y ella nos mira sonriendo, a pesar de tener lágrimas en los ojos.

La ceremonia había sido absolutamente emotiva e incluso mi mamá había llorado, quien llegó a tiempo para ver a Ross recibir su título pero se quedó en el fondo del jardín.

— ¡Estoy tan orgullosa de ti! — exclamo en cuanto veo a mi novio, y no tardo en correr hacia él y abrazarlo con fuerza mientras rodeo su cintura con mis piernas.

— Gracias, mi amor... — susurra, sonriendo, mientras me sostiene contra su cuerpo.

Acaricio su mejilla suavemente. — Ellos están completamente orgullosos de ti.

Él traga con fuerza y suelta un suspiro, beso su mejilla y lo abrazo con más fuerza.

— Desearía ver la expresión orgullosa de mi padre y las lágrimas de felicidad de mi madre, desearía ver a Rydel sonreirme y decirme que ser aburrido me ha llevado a algo. Durante la ceremonia no pude evitar pensar en ellos, en todo lo que había logrado y lo mucho que deseo hacerlos sentir orgullosos. — dice con la voz rota.

— A pesar de que no los puedas ver, ellos están orgullosos y felices por la persona que eres y todo lo que has logrado. — respondo.

— Gracias por estar aquí hoy... Verte en el público fue algo que jamás me imaginé que pasaría, estar contigo tras recibir mi título y con un futuro por delante juntos... No me imagino mejor regalo que esto.

No, yo tampoco me lo imaginaba. Esto, lo que teníamos, era lo mejor que me había pasado.

Him (Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora