Todos sabemos que es la leche, blanca, liquida, se toma. La palabra leche también se utiliza para referirse a los fluidos que salen de la segunda cabeza del hombre, ósea el pito, pero nadie sabe lo que la leche siente.
Porque si, la leche tiene sentimientos y tiene un cerebro c:
Un día, Roberto fue a comprar al supermercado, compro leche y galletas, pero la leche que compro era muy pequeña, era bebe y no conocía el mundo, al igual que las galletas que compro Roberto.
En fin, Roberto terminó sus compras y regresó a casa con ganas de tomar un vaso de leche y comer galletas, así que lo primero que hizo cuando cruzó la puerta de su casa, fue abrir la cajita pequeña de leche y servirla en un vaso, tomó el pequeño paquete de galletas y las abrió para servirlas en un plato.
Siete hermosas galletas decoraban aquel simple plato. Roberto comía cada galleta y algunas las mojaba en la leche, quedaba solo una y Roberto dejó el vaso de leche en la mesa junto a el plato para irse a algún lugar de la casa.
La galleta al fijar su mirada en la leche, se enamoro completamente, nunca había visto a algo tan blanco y hermoso.
-- ¡Hodaa! c: -- dijo la galleta para llamar la atención de la leche.
Olvide recalcar que esa galleta, al ser la mas pequeña del paquete, era muy kawaii, por lo cual hablaba raro.
La leche al voltear su mirada se encontró con aquella circular casi perfecta galleta, marrón claro y unas manchas de un marrón mas oscuro y su carita muy kawaii. A la leche le pareció tan linda esa galleta, que también se enamoró perdidamente.
-- Oh, hola :D ¿Cómo te llamas? -- preguntó la leche.
-- ¡Kookie! me damo kookie c: -- respondió la galleta muy feliz.
-- Eres muy lind... -- la leche no pudo seguir, no por los nervios, si no porque no sabia si decirle "linda" o "lindo".
-- Damame como quiedas, io soy como badbi :D -- sonrió en grande aquella galleta que al parecer no se enojaba por nada.
-- Bien, entonces, eres muy lindo, kookie >.< -- la leche sonrió.
-- Oh, gaziaz >.< -- dijo la galleta un poco sonrojada.
La leche se quería acercar, así que con todo su esfuerzo se sacudió para que el vaso se rodara, pero falló y calló, derramándose toda por la mesa. La galleta quiso acercarse también, así que dió saltitos hasta salir del plato y caer en la leche derramada.
-- Kookie, te amo -- le dijo la leche rápidamente, mientras la galleta la absorbía.
-- io dambien de amu~ -- respondió Kookie.
Se miraron a los ojos, y se dieron un gran beso, tan grande como el tamaño del charco de leche que ahora corría hasta el piso. Ya Kookie había absorbido tanta leche, que estaba blandito. Luego llegó Roberto para arruinarlo todo, se preguntó como era que había ocurrido tal desastre, tomó la galleta separándola de la leche y la tiró a la basura, limpió el charco de leche y se fue a dormir.
Así, la leche y la pequeña galleta kawaii, se separaron, pero siempre recordaban a su primer amor.
Fin.
Conclusión: Cuando vallamos a comer galletas, aunque sea un acto caníbal, son muy ricas, pero siempre las acompañemos con un vaso de leche, y nunca, nunca tiremos las galletas a la basura :D
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¿Que creían? ¿Qué estaba mintiendo con lo de la historia de la leche y la galleta? pffff
Encontraran mas cosas así, soy capaz de todo :D ahre
Cringe parte 1
