-¿Qué me miras muñeco de porcelana? –Dijo ella mirándome con sus profundos ojos verdes como si fuesen dos diamantes o cualquier ojo animal.

-El viene de visita solo va a ver como funcionan las cosas en la guerra –Dijo Alex interponiéndose entre los dos y ocultándome en la sombre de el… siempre lo mismo.

-No te hable a ti, no eres su madre y aun que lo fueses el ya es como que mayorcito para responder cuando se le dirigen a el.

Alex se aparto y se encamino hacia la puerta sin dirigir la mirada a ninguno.

-¿Me vas a responder o necesitas que tu novio te ordene que decir? –dijo Micela sin aparta la vista del mapa que tenia sobre la mesa.

-Quería ver qué pasaba afuera de la línea norte –me fige en sus muñecas desnudas cada cicatriz que iba a y venia por todos  los lados de sus manos hacían que mi piel se erizara.

-Ay dios… -suspiro ella y se alejo del mapa hacia donde estaba- ven vamos a hablar.

Asentí con la cabeza y sin objeción la seguí hacia la parte trasera del lugar donde se hacían las reuniones, olía a carbón quemado y a muchos otros olores que no podría describir el lugar era sumamente oscuro ella seguía caminando recto sin preguntarse o detenerse a mirar si nos habíamos perdido o a encender una linterna.

-¿Eres Stewart cierto? –dijo ella dándome una rápida hojeada de pies a cabeza, yo solo asentí con la cabeza tal vez pudo verme porque soltó una corta carcajada- alguien quiere verte.

-¿Quién es ese alguien? –las palabras salieron expulsadas de mi boca sin mi consentimiento, tropecé con un cable que atravesaba todo el suelo.

-Es un viejo amigo tuyo o eso me lo dijo, desde que escapo de las fauces del capitolio no paraba de repetir lo mismo si te habíamos visto y a una tal Veronica, estaba tentada a contestarle que habías muerto ya que suponía que tu existencia era algo insignificante o que en efecto hubieses muerto pero cuando conocí a Alex hablaba todo el rato sobre ti con migo, somos amigos pero a veces puede resultar aburrido todo ese cotorreo.

Tenía mis dudas no sé si por el chico o por el hecho que Alex conocía gente de la resistencia- ¿tienes idea del porqué de su sobre protección?

-Veras Stew. Alex tiene muchos secretos, algunos tan profundos y oscuros que solo podría contárselos a alguien, pero ese alguien no eres tu, bueno por ahora no, puedes ser su novio pero necesito probar tu lealtad –se detuvo frente a una pared de hierro buscando el cerrojo- hmmm tiene que ver con el hecho de su infancia como sabes el no ha tenido la mejor vida y nunca la tendrá con este mundo patas arriba… su madre escapo, su padre le golpeaba y le toco trabajar a muy temprana edad

-Tuvo que madurar muy rápido… -dije esto sin aliento como si se arrastrase con un suspiro.

-A si es y creo que deberías seguir su ejemplo, leal o no, a nadie le gusta escurridizos sin autorización ¿no te parece? –se escuchó un “crac” y la puerta se abrió hacia afuera con un rechinido dejando entrar toda la luz del exterior grisáceo- como te decía antes… Alex comenzó a hablar de ti y me causo cierta curiosidad cuando te vi plantado observándome lo siento si te hice quedar incomodo pero estamos en la guerra  y no hay momentos para ser débiles o amistosos.

Continuamos nuestras andanzas en zigzag buscando el mejor camino entre los escombros de los edificios que se esparcían por todo el lugar, ahora podía identificar el olor… era azufre lo que hacía que una enorme neblina cubriera nuestra vista periférica.

-¿Tienes idea del por qué ese olor? –dije siguiendo el ejemplo de ella en cubrirme la nariz.

-El capitolio… -dijo y agacho la mirada metiendo unas balas en el cañón de una pistola que cargaba en la cintura- ¿vez esa enorme mancha negruzca que cubre aquel edificio y llega hasta el cielo? –señalo al fondo la enorme mancha y el humo que salía de varias chimeneas- No sabemos lo que sucede con certeza en ese lugar pero los pocos que han tenido suerte en escapar tienen temor o pánico en soltar la lengua –agarro otra pistola y me lanzo a mi agarrándola en el aire- úsala, nunca sabes que o quien puedes encontrarte en este lado de la ciudad.

Daylight; 2050Where stories live. Discover now