No puede ser

12 2 0
                                    

Un tipo alto, cabello castaño oscuro, casi del color caramelo, alto, muy alto, estaba en el umbral de la puerta. Su mirada cargada de desesperación y rabia examinaba el interior hasta que sus ojos chocaron conmigo. 

Él en dos zancadas ya estaba a mi lado. Un gruñido bestial surgió de su pecho. Mi cuerpo empezó a temblar.

No siento miedo, pero su mirada logra hacerme estremecer.

Él, de una manera muy cuidadosa desata mis manos y mis pies. Observo mis muñecas, tienen marcas moradas y rojizas a su alrededor. Están inflamadas al igual que mis tobillos

-¿Cuál es tu nombre? -al menos debo saber el nombre de mi posible asesino.

Uno nunca sabe.

-Soy Sebastián Abreu -me responde de una manera suave, pero seca.

El ahora conocido como Sebastián se endereza y me toma con delicadeza, haciendo que me levante de la cama.

-Detente. -Dereck se ha posicionado en la puerta, empuñando una pistola en dirección a Sebastián.

El simple gesto de saber que él esta en peligro hace que una opresión en mi pecho se haga presente.

¡Solo lo conozco de tres minutos y me preocupo por él! Esto tiene que ser una broma.

-Quédate atrás, linda. -Sebastián me colocó tras su espalda de manera protectora.

Varios pasos se escucharon en el pasillo. Rápidamente un par de hombres atraparon a Dereck.

-¿Qué hacemos con él, Alfa? -saqué mi cabeza por el costado izquierdo de Sebastián.

Un hombre alto, piel morena y ojos claros sostiene de manera firme a Dereck.

-Llévalo a las celdas. -responde Sebastián sin interés.

Sebastián se da la vuelta y me mira de pies a cabeza. Yo tengo que alzar mi cabeza para poder ver su rostro. ¡Ha de medir 2 metros!

Él me toma de la mano y salimos al pasillo. Varios hombres están tirados en el piso desmayados, espero, aunque viendo la sangre que hay alrededor de ellos me indica que no es así.

Un miedo y asco me invaden conforme vamos caminando por el pasillo, pasando al lado de los cuerpos inertes, pero uno en específico hace que mi corazón se detenga por una fracción de segundo y retome su marcha de manera desenfrenada.

Eliud está tirado en el suelo, sigue vivo, pero le cuesta respirar.

Sin pensarlo mucho corro hacia él y lo sostengo entre mis brazos.

-No te puedes morir, idiota. Resiste. -le digo, más bien, le grito.

-Perdóname, Alex, por... todo lo que... te hice pasar. -Eliud me mira y un torrente de lágrimas cruza por sus mejillas.

Sebastián entra en mi campo de visión. Su expresión seria solo aumenta mi desesperación.

-Haz algo, carajo. -cuando una chica entra al lugar de forma desesperada y sus ojos se centran en el cuerpo que tengo entre mis brazos me aferro más a él. -Esto no puede ser... -murmuro cuando los ojos de la chica cambian a una tonalidad amarilla.

☆★☆
Hola a todos.

He vuelto con un nuevo capítulo.

Espero que les guste

No olviden comentar y votar.

Hasta pronto, See the Stars ☆

La Cazadora del AlfaWhere stories live. Discover now