17. Esta tampoco es una cita

Comenzar desde el principio
                                    

Stacy me mira y percibe mi cara de preocupación.

—Oh, cierto. Esperen, Brenda no puede...

Le lanzo una mirada advirtiendo que ni se le ocurra decir nada más. Pero Bruno y Lucas ya me están observando con desconcierto.

—¡Ja! ¿Quién lo iba a decir? —exclama Bruno con maldad—. ¡Brenda le teme a algo!

Lucas ríe.

—No le tengo miedo, idiota —miento —Sólo no me gusta.

—Si sólo es eso, puedes hacer el esfuerzo de subir con nosotros igual —me desafía.

Sabe que no voy a echarme atrás.

—Bruno, déjala. Por favor —le pide mi hermana—. En verdad no le gustan.

—Está bien —cede el otro—. Pero tú y yo vamos de todos modos.

Gracias al cielo.

Stacy me mira, esperando mi aprobación.

Asiento, no quiero que sigan con el tema, y los dos se van.

Lucas continúa mirándome con curiosidad.

—¿Por qué no vas con ellos? —le pregunto.

Él se encoje de hombros.

—Prefiero quedarme aquí y burlarme del miedo que le tienes a las montañas rusas —sonríe.

—Ya dije que no les temo —me cruzo de brazos.

—¿Segura?

—Totalmente —intento demostrar convicción—. No me gustan porque son ruidosas y me producen náuseas, eso es todo.

Él parece creerme. Sí que actúo bien.

Se acerca a una fuente de sodas y compra una bebida.

—¿Quieres? —me acerca la botella, luego de beber un poco de ella.

"Beber de una misma botella es un beso indirecto" solía decir una amiga del colegio anterior.

Acepto su invitación y no puedo evitar recordar la noche de la fiesta.

Mala idea pensar en eso, ahora que estoy con él.

Me está mirando y, de repente, sonríe.

—¿Qué? —le digo.

—Te maquillaste —apunta.

—Sólo un poco...—miro hacia otro lado, inquieta.

A pesar de avergonzarme, me agrada que se fije en esos detalles.

Maldita sea, otra vez estoy empezando a sentir cosas por quedarme a solas con él.

—Ya que ellos se fueron, no es necesario que estemos juntos —propongo.

Entre antes me aleje de estas sensaciones que su cercanía me produce, mejor.

Él toma la botella vacía y la arroja a un cesto.

—Como quieras —responde seco—. Iré a la prueba de escalar la cuerda.

—Está bien.

Lo veo alejarse, no parece que le haya molestado apartarse de mí.

Me voy a los carros chocadores y descargo ahí mi disgusto.

Stacy y el idiota de Bruno están de lo mejor, en algún lugar del parque. Y yo aquí como una tonta, sola. Me arrepiento de haber ahuyentado a Lucas. Y luego, me arrepiento de arrepentirme.

Por culpa de un instante (Completa✔ y en físico 📚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora