The Proposal

Sí, Acepto.

¡Hey! Hermosas personitas, aquí estoy con esta especie de segunda parte. Esta vez la trama se desarrolla en el hipotético escenario de la boda civil, lo cual es totalmente paralelo a la primera parte donde era "imposible".

Esto forma parte de una actividad en el hermoso grupo de Facebook Adictos a Durarara!! Quienes organizaron la boda. Mucho amor para ellos ❤❤

Advertencia: Fluff, demasiado para su bienestar.

Lamento tanto si existe alguna falta de ortografía o de redacción. Sepan perdonarme si ese es el caso.

Nota: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Ryohgo Narita Troll-sensei. Si fueran míos, esto formaría parte del canon.

"El odio y el amor verdadero se fusionan como el Möbius, inmerso para siempre en el reino de las contradicciones".

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La tarde besaba con calidez a los habitantes de la ciudad, las sombras proyectadas por los edificios se distorsionaban hasta desaparecer.

Los dos hombres más fuertes se encontraban de regreso a casa tomando una distancia prudente uno del otro. ¿El motivo? Una de sus tantas discusiones, no recuerdan el motivo, quizás fue una simple trivialidad pero aquello no evita colocarlos en tal situación.
Aunque es Shizuo que parece contener la respiración al observar la silueta del azabache delante de él.

—Oi, maldita pulga. Odio demasiado tu apellido.

Perfecto, si deseaba pelear le daría el gusto de saborear el filo de su navaja. Giró su cuerpo empuñando la afilada hoja.

-Cambiémoslo.

De una pequeña caja sacó un anillo de aspecto sencillo, aunque para el azabache fue el objeto más valioso sobre la tierra.

-¡Shizu-chaaaan!

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-Queridos Humanos, Dollars, miembros de la yakuza y seres sobrenaturales. Nos hemos reunido hoy para celebrar la unión matrimonial de dos individuos enigmáticos.

La ceremonia inicia, los invitados se remueven en sus asientos expectantes ante la escena que se figura frente a sus ojos. Hay una hada vestida de negro tecleando veloz.

-[Shinra, ¿En verdad dejaremos que esto pase?]

El megane rodea su cintura y besa discretamente su hombro, el humo que desprende de su cuello delata lo mucho que se ha emocionado.

-Celty~ Dejemos que ocurra. Tan sólo míralos, casi siento envidia.

Sobre la tarima se encuentran dos hombres que desde hace un par de horas no dejan de mirarse. La calidez que habita en sus pechos es grata, maravillosa.

Uno de ellos -el más alto en realidad- lleva un saco color blanco hielo, cuyos detalles en al borde, corbata y pantalón son complementados por el color negro. Su cabello fue recogido de un lado en un intento de formalidad.

Mantiene su respiración controlada pero su corazón no ha dejado de palpitar desde que vio al azabache entrar con su mismo atuendo en colores negativos y un sutil velo sobre su cabello. Perdió toda lucha contra su autocontrol al mirar aquellos rubíes en sus ojos brillar deslumbrantes más que nunca.

-El camino que están por emprender es difícil. Existirán días en que despertarán e inevitablemente habrán de cuestionarse sobre la decisión que han tomado.

Sus mandíbulas se tensan y es el pelinegro el que chasquea la lengua. Lo sabe, suficiente han tenido con el largo -y doloroso- sufrimiento que han experimentado, contra el mundo y contra ellos mismos.