- Una pierna rota -

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-vámonos a comer... oí, Issei-chan... ¿me escuchaste? – veía como seguía dando cortes al aire, usa un círculo mágico para hacer parecer un balón de americano se lo iba a la cabeza pero por un estornudo accidental termino lanzándolo a otra area de su cuerpo.

Kyaaaaaa

El balón había caído muy cerca de su entrepierna, mientras caminaba muy despacio. En eso se escucho un silbato y un misterioso equipo de futbol salido de quien sabe dónde, se lanzaron hacia Issei.

Ay, se me olvido que el equipo de americano que patrocino iba a practicar hoy y a esta hora – se acerco mientras les decía a los jugadores que se alejaran, como no le hacían caso, volvió aparecer otro balón – miren, miren, vayan por él.

Los jugadores se fueron corriendo detrás de balón como perros – que lindo que sean obedientes, aunque debería cambiar el nombre del equipo de "perros sarnosos", bien a ver que tan plano quedo Issei-chan.

¿Alguien anoto la matricula del autobús que me atropello? – decía con unos ojos en espiral.

Ningún autobús, fueron los perros sarnosos, el próximo equipo que llegara al super bowl, de eso yo me encargo, fuajajajajajaja – se reía muy convencida – incluso si tengo que romperles las piernas a los oponente y meterle esteroides a sus bebidas deportiva.

Espero que sea a los otros... ¿por qué no siento la pierna derecha? – se asusto

No soy doctora, pero supongo que tienes una pierna rota. – dijo ella

¿Qué te hace pensar eso? – pregunto

No lo se, pero esta cosa blanca que sale de tu pierna parece un hueso... mira el perrito de los vecino – decía mientras un pitbull mordía el hueso, Serafall lo acariciaba e Issei tenia una expresión de agonía – No le digas a Sona

Fin del flashback.

Durante la noche que Issei descansaba en su habitación después de haber sido dado de alta del hospital. La puerta se abría lentamente, se podía escuchar el rechinido de las bisagras, revelando la silueta sombría de una enfermera con coletas. La cual acerco a Issei.

¡DESPIERTA HOLGAZAN! – Lo sacudía bruscamente - ¡LA ENFERMERA SERA-TAN ESTA AQUÍ PARA CUIDAR DE TI!

¿Eh? – Se encontraba aturdido – Serafall-san, no tienes los conocimientos medico.

¡Bah! ¿Cómo de difícil puede ser? – Decía restándole importancia – aparte me vi las series de Grey's anatomy, Dr. House, emergencia bizarras, sala de emergencia – historias inéditas, también las película de hostal y la trilogía del ciempiés humano.

El pensamiento de Issei fue uno solo "Estoy muerto."

Usando su estetoscopio en el castaño – Hum... según esta cosita... estas muerto – teniendo la parte del diafragma del estetoscopio en la pierna enyesada.

¿Que? – decía confundido.

Si, no hay pulso. – aseguraba ella.

Eso va en el pecho, no en el pie.

Tomándolo nuevamente, se lo pone en su pecho - ¡Ah! Ahí está el viejo tictac.

Va en mi pecho, Serafall-san.

¡Mira, yo no te digo como romperte la perna, así que no me digas como medicinear! – levemente molesta. Para después que este le pregunte "¿Existe esa palabra?"

¿Puedo volver a dormir y ya está, por favor?

Nada de eso, hasta que te mida la temperatura. –sacaba un termómetro.

Issei abría la boca – Aaah.

Ella negaba con una sonrisa – vuelve a probar.

El castaño abrió los ojos como plato mientras perdía color, rápidamente le quita el termómetro.

¡Eh! ¡Deja de comportarte como un bebe, estoy intentando curarte! – Se molesto por lo que hizo.

Solo quiero dormir un poco – se cubría el rostro con una almohada.

Ok, esta bien. Vamos a revisar tus reflejos y te dejare tranquilo. – estaba frustrada.

Se retiraba a otra parte, se volteo con un inmenso martillo de acero – puede que te duela un poco.

¿Qué estas haciendo? – temeroso ante la respuesta.

Eh... intenta no moverte, no quiero romperte la pierna equivocada.

¡¿QUE?! ¡No rompas ninguna pierna! ¡Suelta el martillo, Serafall!

Lo siento, Issei, pero tengo que seguir el juramento de las enfermeras: "¡SIN RENDICION, SIN RETIRADA!" – Haciéndolo como un grito de guerra.

¡Es un milagro, estoy recuperado! ¡De hecho, me voy a entrenar al territorio de los dragones! ¡Voy ir corriendo! –dándole un beso en la frente y una palmaditas en la cabeza.

Se iba en un intento de correr, aguantando las lágrimas de dolor – au, au, au, ¡Que sano estoy!

Sabía que mi amor le curaría. – decía con una sonrisa retorcida.

Seccion de ideas, proyecto o momentos aburridosWhere stories live. Discover now