Capítulo 36

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Thomas Fells.

Hannah.

Hannah era lo primero que se me venía a la mente al despertar, cuando tenía ganas de salir hacer algo, cuando estaba haciendo las compras y miraba algo que le gustaba, cuando mi mente divagaba, cuando me iba a dormir.

¿Obsesión? la verdad es que muchas personas han señalado mis sentimientos por la castaña de aquella forma. Sin embargo, para mí era lo más sincero que alberga mi corazón.

La recuerdo desde que tengo uso de razón, la ví crecer en el patio trasero de su tía, lugar que siempre acudía ya que con su primo, Michael, fuimos bastante cercanos cuando éramos niños. Aquello me permitió pasar bastante tiempo junto a la pequeña Hannah.

Recuerdo cuando comencé a emocionarme por los sábados, que eran los días que su familia llegaba a visitar nuestro vecindario. Recordaba ponerme triste cuando por algún inconveniente o compromiso no podían hacer su visita semanal. Recordaba la felicidad que me daba ver aquella niña, que con su mera presencia, me robaba la atención sin siquiera ser consciente.

Siempre fue tan linda y tierna. Nunca me percataba de lo embelesado que permanecía siempre que estábamos en el patio de su tía, en los pasillos de la escuela, o en una alguna reunión con nuestros familiares.

Y fuimos creciendo, juntos, pero lejos a la vez.

Hasta que paso lo del accidente... si bien fue una desgracia para ella, fue la oportunidad para estar un poco más cerca de ella, de entablar una amistad.

Verla luego del accidente fue difícil, me dolió y me enojé con la vida por ser tan injusta con aquel ángel que no se merecía todo lo que le estaba pasando. Sentí en carne propia cada una de sus lágrimas, me dolían sus quejas, cada dificultad, cada tristeza y desaliento que la envolvía su nueva realidad.

Pero a diferencia de lo que unos cuantos piensan, no, desde entonces no la veía como la persona con la que quería pasar mi vida entera, simplemente me dejaba llevar por la calma y felicidad que sentía mi ser al estar junto a ella.

Esto fue hasta que ella cumplió diecisiete y nuestros labios se rozaron por accidente. Todo en mí se descoloco y los sentimientos que nunca logré ponerles nombre, tomaron sentido en ese preciso momento.

Estaba enamorada de ella, más de la cuenta, y ya no podía hacer nada para revertir aquello. Tampoco quería.

Así que desde entonces mi corazón esperaba pacientemente para que ella también un día pudiera sentir lo mismo que yo sentía.

El problema fue que pasó, pero no conmigo, sino con Harry. Cuando ella lo escuchaba su rostro se transformaba de la misma forma que cuando yo la miraba a ella.

Era amor... y odiaba admitir aquello.

Ni en mis más remotos pensamientos pensé que iba a tener la oportunidad de encontrarse con él, muchos menos que este se interesase en ella.

Todo eso me ha hecho el ser más miserable, porque todo el cuento de hadas que me había creado en la cabeza se desmoronó como un jodido castillo de arena. Se sentía como si la hubiera perdido; apenas y puedo verla, hablarle o comunicarme con ella. Me sentía en el mismismo infierno sintiendo permanentemente el dolor de como se me era arrebatada.

¿Pero saben que es tan irónico en esta vida? El mundo podía ser un pequeño pañuelo a pesar de su grandeza...

El único beneficio que me daba la fama del idiota de Harry es que siempre salían cantidades de fotos de donde sea que estuviera, por tanto podía ver a Hannah, que la andaba como llaverito de arriba abajo.

BLIND⇝H.S |||Editando|||Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ