Prologo

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Él objetivo estaba ahí, a unos cuantos metros de su vista, frente a él, y aun así no coincidía con su perfil. Al verle ahí sentado tan tranquilo, tocando el saxofón como si fuese la cosa más interesante y apasionante del mundo, luciendo tan... Inocente. No, definitivamente no podía ser él, tenía que ser un error.

    

Dos disparos suenan trayéndolo a la realidad, uno alcanza a su objetivo, -algo está mal-. El otro disparo suena rozando su cabeza, demasiado cerca para ser una coincidencia y entonces la realización golpea su cerebro  él era el verdadero objetivo; la sensación de ser vigilado los últimos días no eran paranoia suya, tenía razón alguien le habían traicionado. Él chico del cual se debía deshacer tan solo era una distracción.

    

Apunto con su arma buscando al francotirador; un novato de seguro, sin lograr ver nada más que una mancha corriendo contra la multitud enloquecida. No podía disparar sin que hubiesen daños colaterales; maldijo por lo bajo regresando su mirada hacia el saxofonista.

    

Andrei Di'Vaio aquel dichoso "objetivo" cayo de rodillas con un dolor punzante en el brazo sin entender que sucedía, ¿Acaso le habían disparado? Pero... ¿Por qué? Él era una persona pobre, no tenía nada relativamente... Tenía que ponerse a limosnear todas las noches para poder pagar la renta entre otros... Trabajos de los cuales prefería no hablar...

    

El dolor se hizo más presente, giro su rostro y si efectivamente un líquido rojo y caliente manchaba sus ropas. Odiaba la sangre no soportaba siquiera verla y el hecho de que estuviese ahí y fuera suya lo hacia todo peor; comenzó a entrar en pánico, todo se convirtió en una nube negra, sabía que debía sentir un fuerte golpe, él de su cabeza al azotar contra el suelo pero no fue así.

Unos brazos cálidos le sostenían... Se sintió tan seguro como no lo había estado desde hace años. ¿Tal vez eso tuviese que ver con...? No, eso era imposible, hace años que no mantenían contacto y tampoco estaba envuelto en esas redes así que inmediatamente descarto la idea.

Prefería ser un pordiosero a tener que ensuciarse las manos de esa manera. Si su madre le viera, aun así herido en la calle y limosneando, se sentiría orgullosa, ya que sabría que al menos no es como su hermano.

Su vida parecía terminada; los gritos de las personas a su alrededor se volvían confusos y difuminados como la antesala de las puertas del infierno que comenzaban a abrirse para dejar pasar a un alma condenada mas. Un rayo de dolor le atravesó por todo el cuerpo y un gemido escapo de su garganta. Definitivamente le habían disparado, abrió momentáneamente sus ojos y al ver aquella cantidad tan grande de ese espeso líquido rojo salir de su cuerpo se sintió desfallecer. Lo curioso era que su hemofobia parecía ser más grave el mismo disparo.

—¿Quién demonios eres mocoso? —dijo una ronca y gruesa voz—.

     No sabía quién era y deseaba poder responderle que ciertamente él tampoco sabía quién era, Llevaba años buscándose a sí mismo y tampoco sabía quién era.

Irónico.

Una nube negra apareció y su conciencia se esfumo, vagamente escucho más disparos y maldiciones en otros idiomas pero no le importaba si moría en esos cálidos brazos, por primera vez en mucho tiempo se sentía más que plenamente feliz.

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Bueno;
Hola, subiré capítulos todos los sábados (o antes, si algo extraordinario ocurre). Espero que les guste esta historia tanto como a mi.

Guerra entre asesinos. [Ziam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora