.
.
.

¿Cómo qué no puedo pasar?— Preguntó indignada la mexicana.

La habían dejado afuera del local sólo por ser menor de edad.

Se sentó en una de las sillas que habían a los costados con los brazos cruzados, su chico se acercó a ella para ver lo que sucedía.

Calma, ya, cuando el bagre ese se vaya entras, ¿Ya?— Tomó el rostro de su mejor amiga entre sus manos.— Sólo es un momentico, bebé.— Besó su mejilla antes de entrar.

Pinche sistema machista opresor.— Murmuró con los brazos cruzados.

Oye, guapa, ¿Qué haces afuera?— Le preguntó una chica de cabello rubio, defendiéndose a su lado.— ¿Quieres que te haga la finta? Pasa conmigo.— Le guiñó mientras estiraba su brazo para que lo tomase.— Pero a cambio me presentas a tu amigo.— Dijo refiriéndose al castaño que había estado antes.

Dale.— Se levantó mientras se pegaba a ella.

.
.
.

No habían pasado ni diez minutos desde que la protagonista entró cuando llegó la policía.

Nos vamos a llevar a la comisaría a todos los menores de edad.— Anunciaron por el megáfono.

Comenzando una carrera contra tiempo, casi todos los presentes comenzaron a correr con dirección a la salida y a sus autos, pareciendo la escena de una película de Rápidos y Furiosos.

Leo... Leonardo.— Lo llamó mientras corría buscando al chico.

Ale, aquí estás, tenemos que irnos.— Dijo tomando su mano y saliendo.

¿Ahora como nos vamos?— Preguntó aterrada.

No lo sé.

¿Cómo qué no sabes, pendejo?— Preguntó molesta.

Es que no tengo carro, pue, Aleska.— Explicó mientras buscaba por todas partes a alguien que los ayudara.

Pues piensa en algo rápido, que no quiero ir a la cárcel.— Golpeó con algo de fuerza su hombro.

Ya, ya...— Observó a la distancia a un conocido.— Ya está, ven.— Volvió a jalarla mientras corrían.

No corras tanto que no puedo.— Se quejó por los tacos.

.
.
.

La chica suspiró rendida mientras se desparramaba en el asiento de la camioneta.

Eso estuvo cerca.— Rió el piloto.

Gracias por llevarnos, Jhordi.— Sonrió el chico en el asiento de atrás.

No es nada.— Le restó importancia el copiloto.

La chica sacó su celular para ver la hora, calculando e ideando que iba a hacer para no ser descubierta cuando llegara a su casa.

¿Ha sido divertido, verdad?— Apartó uno de los mechones del rostro de la chica, quien lo observó con completo enojo.— Hey, no me mires así, es parte de la aventura.— Rió, la adolescente rodó los ojos.

Justo cuando pensó que nada más podría pasar una sirena y luces azul y rojo los despierta nuevamente.

La camioneta blanca detengase.— Oyeron el megáfono de la policía.

Cuyo carro estaba siguiendolos atrás.

¿Acaso nuestro carro es blanco?— Preguntó con miedo lo obvio.

Ugh, tendremos que detenernos.— Bufó el piloto.

¡Claro que no!— Chilló la chica, desconcertando a todos.— ¡NO VAYAS A PARAR!— Advirtió haciendo que el conductor aumentará la velocidad.

La camioneta comenzó a acelerar y meterse por callejones tratando de esquivar a la Ley.

Todos se agarraba fuerte con miedo a que el carro se estrellara en cualquier momento, cosa que afortunadamente no pasó.

Hasta que la paz llegó cuando perdieron de vista a la policía.

Lo logramos.— Bromeó el conductor mientras reían amargamente.

Llevame a mi casa, por favor.— Dejó caer su cabeza hacia atrás mientras suspiraba.

Claro.— Asintieron al pedido de la muchacha.

.
.
.

Hasta mañana, Ale, tengo otro evento al que ir antes de llegar a mi casa.— Se despidió, con un beso, de su novia antes de que ella bajara del auto.

Chau.— Dijo sin ganas bajando del vehículo.

El vigilante observó su rostro fastidiado tratando de no reír.

La castaña agradeció que este no mencionara nada.

Caminó por las elegantes calles con dirección a su casa, sacando la llave de su escote, sin importarle nada.

Cerró con cuidado la puerta y dejó los zapatos en la entrada.

Aún con miedo sólo logró caminar hasta el mueble más cercano, pues su hermano había bajado a ver que había sido ese sonido.

Rápidamente se escondió detrás de este tratando de no hacer ruido.

Al ver que su hermano había entrado a la cocina, con toda la rapidez del mundo subió las escaleras y llegó a su habitación.

Echándose a dormir apenas se terminó de cambiar.

.
.

🍁🍁🍁

Ahhh, gracias por los 1k de estrellitas, los amodoro 💕

Mi razón ; Shinsou HitoshiWhere stories live. Discover now