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Frente a Perla y a mí había dos chicas, una llevaba un top rosa brillante y unos shorts y de su espalda salían una especie de...alas?
La otra chica llevaba un gorro de bruja y la vestimenta conjuntada, su piel era muy clara, diferenciándola completamente de la otra chica, que tenia la piel oscura.
Nos analizaron con la mirada y, después de un silencio incómodo, habló la chica morena.

-¿Así que sois los nuevos, eh? -dijo, dándome la mano-.

-Sip.-dijo Perla, con su característica indiferencia-.

-Bueno, entonces os llevaré a vuestras habitaciones, pero antes decidme cómo os llamais, ok? -rió-.

Nos presentamos con nuestro nombre y número, igual que ellas. La chica bruja se llamaba Beatrice y era la N°2. La chica robot era Lucinda, N°3.Perla y yo pasamos a nuestras habitaciones, dejándome solo en esa gran sala. Había una cama, un armario lleno de ropa de mi talla, una alfombra de suave tacto, ¡hasta tenía un baño propio!

-¿Estás contento con tu habitación, N°8?-preguntó el Dr. V-.

-Si, es realmente espaciosa y brillante. Cree que tenga tiempo de darme un baño?

-Por supuesto, tienes el resto del día libre. Además, puedes pedirme lo que sea y yo te lo traeré. Por cierto, pídele a Lucinda que te enseñe el resto de salas. Tus pruebas empezarán en 2 días. -dijo para desaparecer-.

Me senté en la cama y la acaricié suavemente, era un tacto sorprendentemente agradable. Me desnudé y me fuí al baño, donde me relaje en la ducha, sentir agua cálida caer por mis hombros, espalda y piernas me provocaba una sensación de calma total.

Después de asearme, me sequé y me vestí con una camiseta gris y unos shorts del mismo color, ropa simple. Salí de mi habitación y me alejé del pasillo donde se encontraban todas las habitaciones. No sabía a donde ir, a la izquierda se encontraban el comedor y la sala de ocio, y a la derecha la sala de combate y la piscina.

-Hey, Ocho! -me llamó Lucinda saliendo de su habitación- ¿Quieres que te enseñe las instalaciones?

-Si, pero antes debo ir a buscar a Perla -dije yendo a la puerta N°7 y golpeándola con los nudillos suavemente- Perla, ¡te estamos esperando para ver las instalaciones!

-¡Ahora salgo! -respondió Perla desde el interior de su habitación-.

La esperamos durante dos minutos, lo que ella tardó en salir, vestida con una sudadera rosa y unos pantalones hasta las rodillas negros.

Lucinda nos llevó primero a ver el comedor. Era una gran habitación habia unas 12 mesas de picnic, y unas bandejas llenas de comida apetecible. Después nos dirigimos a la sala de ocio. Había una gran pantalla de televisión frente a un sofá blanco. En el lado izquierdo había una pequeña instalación de gimnasio, y en el derecho había tres televisiones más pequeñas con algunas consolas. Seguido nos fuimos a la piscina, la cual estaba llena de agua, debía medir unos 3 metros hasta el fondo, pero algo me decía que no debería meterme en el agua. Finalmente, fuimos a la sala de combate. Era un campo de 30 metros de lado a lado, cuadrada.

-¿Quieres probar la sala, Ocho? -dijo la chica robot, mirándome a los ojos-.

-Ok, pero necesitaré un arma -respondí yo, y de repente un Lanzatintas cayó del techo cayendo en mis manos.

Lucinda se dirigió a una punta del campo, yo me dirigí al otro. Ella sacó alas mecánicas de su espalda, y Perla dió la señal para empezar el combate.

Lucinda se dirigió velozmente a mi volando, y lo único que se me ocurrio hacer fue pintar el suelo y esconderme. Repetí esta acción varias veces, dejando todo el campo pintado, dándome una ventaja sobre ella. Decidí cambiar mi estrategia defensiva por una ofensiva, me coloqué en su espalda y le disparé tinta, dejando una mancha en su cuello y espalda.

-¡Ah, me las vas a pagar! -rió ella-.

Entonces se arrancó la cabeza, cosa que hizo que casi me desmayará, pero al ver que lanzaba la cabeza en dirección opuesta donde estaba yo y explotaba, apartando la tinta, supe que tenía problemas.

Le volvió a salir cabeza y la lanzó de nuevo. No tuve más remedio que salir de la tinta y usar otro de mis trucos. Hice un supersalto y me enganché a su espalda entintada yme transformé en pulpo para quedarme escondido. Ella no se dió cuenta de que caí en su espalda. En un momento de despiste suyo, salté, pintándole toda por delante y las piernas. Lucinda fue más veloz que yo y me cogió del brazo, me lanzó al aire y me disparó sus brazos-cohete, lanzándome fuertemente contra la pared. Mientras caía, me impulsé con los pies en la pared y me lanzé a la tinta. Aproveche el momento de calma para aguantar el dolor y volver a atacar. Salté sobre ella de nuevo, ella me lanzó su cabeza. La evité dándole una patada y mandándola lejos. Decidí acabar el combate de una vez por todas, así que saqué mi superarma: el soplapompas. Lanzé las tres pompas gigantes y las exploté con mi lanzatintas.

Lucinda cayó al suelo por el impacto de las burbujas, intentó limpiarse la tinta de los ojos, pero no pudo. Sib embargo, ella también tenía un as bajo la manga. Aprovechó mi momento de falsa victoria y me cogió por el brazo nuevamente, empezó a girar con la potencia de sus alas alrededor del campo. Cada segundo que pasaba hacía que me sintiera peor. Para acabarlo todo, me lanzó con fuerza titánica a la pared, para después lanzarme una cabeza bomba y los brazos cohete.

-Aggghhh....-fue lo único que pude decir, estaba molido-.

-Creo que me pasé un poco -dijo ella mientras la tinta se evaporaba-.

-No, me falta entrenamiento -dije yo, tomando su mano para levantarme-.

Volvimos al comedor, cenamos tranquilamente los tres juntos y nos fuimos a dormir.

G.A.M.E. (N°8)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora