Capítulo 12: Si no hay para ambos

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Recuento hasta el momento: Estaba experimentando lo que se sentía que te perforaran el cráneo a través del ojo con un taladro con broca de plata mientras la marca en mi brazo no dejaba de gritarme que saliera de allí. Esto no era bueno. Maldita sea, esto no era nada bueno. Al diablo con el dolor, no podía ser asesinada de un modo tan patético. Me negaba a morir sin que fuera de un modo memorable. ¡Todavía no había tenido una buena noche de descontrol en Ámsterdam! ¡Y aún tenía que matar a James por lo que le había hecho a Holland!

Tantee a ciegas el escritorio hasta dar con un lápiz. Si Loki había causado este gran desastre inicial con un jodido muérdago y un Dios supuestamente imposible de matar yo podía arreglármelas con madera y grafito. Por supuesto, el hecho que viera solo escarlata con un ojo no ayudaba mucho pero me negaba a morir en una escuela. No me importaba el dolor o la ceguera parcial más de lo que me importaba mi propia supervivencia. ¿Cuáles eran mis opciones? ¿No se suponía que este era el maldito lugar más seguro que existía?

El dolor tan solo se intensificó. Bien, la diva no quería ser ignorada. Me giré y mordí el hombro de Robin no confiando en mí misma para no gritar. Él se tensó pero no dijo nada al respecto, simplemente se limitó a sostener el pañuelo debajo de mi ojo para evitar que la sangre se derramara mientras sentía su otra mano descansar en mi espalda. Bien, esto era demasiado para mi orgullo. Estaba acostumbrada a que Holland fuera quien me viera así, pero estábamos hablando de la chica cuyo cabello había sostenido cuando había descubierto que aún siendo bruja no podía tolerar más de cierta cantidad de alcohol. ¿Pero esto?

Las lágrimas ardían en mis ojos lo cual no ayudaba a mi ya lamentable media visión. ¡Maldito fuera el causante! Iban cuatro muertes, y sabía exactamente cómo había sido cada una y cuánto había sufrido la victima por la agónica tortura antes de perecer. Cualquier idiota que se atreviera a decirme que la venganza nunca era una solución claramente jamás había experimentado un dolor similar, o sabía lo que se sentía que miembros de tu pueblo, personas que inocente e ingenuamente te apreciaban por tu nombre al creer que una inexistente corona valía algo, fueran asesinadas para causarte dolor sin merecerlo realmente. Mataría al responsable. Lo encontraría y me aseguraría que sufriera cada maldita tortura que hubiera utilizado y lo haría suplicar por su vida hasta que me hartara de su miseria lo cual tomaría un buen rato.

El ardor en mi brazo aumentó hasta que lo sentí como metal enrojecido contra mi piel. Esto no podía estar pasándome a mí... Abrí los ojos solo para ver una oscura mancha negra y plateada en el umbral de la puerta. Mi reacción fue instantánea. Aún cuando mi instinto más básico y primitivo de supervivencia, el cual afortunadamente estaba bien y me había mantenido entera desde que tenía memoria, insistía en correr tan lejos y rápido como pudiera para salvar mi vida; empujé a Robin a un lado y levanté el afilado lápiz con todo mi orgullo intacto a pesar de mi patético intento de pretensión de espada. ¿En serio? ¿Un lápiz? ¡Dónde estaba mi maldita espada cuando más la deseaba! Lo último que necesitaba era que el maldito brujo fuera asesinado por estar cerca de mí en un momento inadecuado, cualquier cosa antes que causarle problemas a mi pueblo con los brujos porque el estúpido joven había sido un daño colateral en mi caótica y condenada existencia.

Por supuesto, cuando me fijé de nuevo, no había nada allí. ¿Acaso estaba loca? ¿Finalmente años de este estilo de vida se habían llevado mi supuesta cordura también? ¡Mis problemas psicológicos eran más probables de actitud, no de imaginar cosas! ¿El dolor junto con la parcial ceguera me había hecho ver lo que no había? ¡Yo había sentido el ardor en mi brazo! ¡Me negaba a creer que no había sido cierto! ¡El maldito bastardo estaba jugando ahora con mi mente! ¿Acaso tenía que enseñarle las malditas reglas del acoso y el asesinato? ¡Era de mala educación darme una falsa alarma de este modo! ¡Nosotros teníamos historia! ¿Cómo se atrevía a faltarme el respeto de este modo? ¡Yo era Nina Loksonn y mi futuro asesino no me ignoraría!

Ni lo pienses (Trilogía Nina Loksonn #1)Where stories live. Discover now