Feelings II (Old Feelings)

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Enterradlo, no pudo ser mejor que nadie más... o al menos eso consideraba él, que no destacaría por mucho esfuerzo que entregara y, lo peor; en el caso de que lo consiguiera no serviría para lo que necesitaba... su máximo objetivo... eso creía.

No pongáis ataúd, dejando de lado el hecho de que no lo quería desde el principio... ¿ahora se lo vais a poner? Parece mentira... no se si lo haréis por sentiros mejor con vosotros mismos ahora que no está o por vuestra imagen. Quitádselo ahora mismo, puedo oler vuestra hipocresía desde aquí, y si él aún estando muerto seguro que puede notarla, ¿ahora que está muerto le vais a dar algo que nunca quiso, cuando en vida nunca le disteis lo que se notaba a la legua que necesitaba?

Siempre escuchó vuestras risas... tanto las que se ven y oyen como las que aparecen en lo mas profundo del alma. Esas risas que dañan más que cualquier otra cosa... esas risas que justifican la frase de "Los niños son muy crueles". Murió con la duda de si lo hacíais con la intención de dañar o si simplemente eran naturales... si no tenían mala intención... la cuestión porque nunca respondió a su duda ni él ni vosotros es porque os negabais a aceptar que hacíais algo con mala intención... vuestro maldito ego os niega aún a día de hoy ver como sois... aunque él también se engañaba ¿sabéis? Seguía diciéndose que teníais mala intención y que solo era una cuestión suya... que imaginaba cosas y que era débil por no poder soportar lo que para otra gente era cuestión del mismo día a día.

Ahora que se ha ido ha dejado un mundo que no era para él, se creía demasiado débil, demasiado confiado no en él... eso nunca, sino en el resto de personas, frágil al ver como no era capaz de llorar en momentos donde el resto de gente construía cascadas de lágrimas por sus mejillas, y siendo él quien rompía sus lagrimales cuando se sorprendía solo escuchando música... escribiendo... leyendo... sintiendo... que le faltaba algo, algo que creyó haber encontrado en numerosas ocasiones...

Habían miradas que lo habían hecho temblar, bailes que le habían hecho imaginar, pensamientos que le hicieron llorar de arrepentimiento, y errores que lo habían llegado a dañar más que cualquier arma podría llegar a haber hecho. Todo ello solo culpa suya, porque en todas y cada una de esas ocasiones había sido él quien, una... y otra... y otra vez... había elegido el mismo camino. Recuerdo que cada vez que lo abandonaba decía "Nunca lo volveré a hacer" pero siempre volvía... y o se dañaba él o dañaba a otros... lo que era incluso peor para su alma.

Cada una de esas ocasiones había ocurrido la misma circunstancia... se había acercado a coger una rosa de un rosal. Veía en cada persona una hermosa flor que... aunque algunas cubiertas de espinas escondían dentro los hermosos pétalos que las hacían únicas... y no fue hasta que encontró el más ambicioso proyecto de recogida, cuando perdió la vida.

Había logrado ver un gran rosal, con espinas parecidas al cuerpo de un erizo, una fortaleza impenetrable que nunca nadie había logrado atravesar, y él que nunca había recogido aún ninguna flor, se propuso lograr aquellos pétalos que no llegaba a ver "Si las espinas protegen tan arduamente su interior... ¿cómo será el tesoro lo que aguardan de precioso?" El fin de la historia es más que fácil de averiguar ¿verdad? No llegó siquiera a rozar los pétalos... si quiera a verla... se desangró, por lo que él creyó que podría ser...

Os puedo asegurar que murió con esperanza y una sonrisa... pensaba que la iba a alcanzar...

FeelingsWhere stories live. Discover now