Capitulo 1:

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Narradora:

Aparto unos mechones rebeldes de cabello, mientras dejaba escapar un largo suspiro al notar que su cabello había cobrado factura de su alocada pijamada en casa de Asako. No es que le molestase el cambio, muy por el contrario ya que que planeaba cortarse el cabello desde hace algunos meses, pero no lo hacia porque en aquel extraño país lo consideraban como una muestra de dolor. Los japoneses eran raros y parecían unos alienígenas ante tantos formalismos, por su parte esta azabache había nacido en Inglaterra [lugar natal de su querido padre] y emigrado a New York [hogar de su madre] ya que el trabajo de su padre demandaba continuas mudanzas.

Llegó a Japón a los 10 años, y aprendiendo difícilmente su idioma. Aún hasta la fecha se le dificultaba un poco el manejar el kanji, tal vez no era su fuerte pero daba su mejor esfuerzo, extrañando sus raíces obviamente porque tenia que evitar hacer cosas su que no se permitían en esa cultura, pero al ser mitad newyorkina era bastante difícil como hacerle cosquillas a una pera. Posiblemente _______ Giambrone  hubiese seguido perdida entre sus pensamientos, pero al sentir que alguien se recargaba en su espalda se tenso, al recordar que se encontraba en clases y sentada aun en su banca.

—¿Sigues molesta?...— pregunto su querida amiga castaña—... Lo siento por lo del chicle...

Realmente se escuchaba que su amiga se sentía culpable, cosa que hizo que se le estrujara un poco el corazón mientras colocaba una de sus manos bajo su mentón, antes de recargar su brazo sobre la paleta de la banca.

—No... Pero no es algo lindo despertar con casi dos cajas de chicle en las puntas del cabello...— murmuro mientras ahogaba una pequeña risa burlona—... Pero tranquila linda, sin rencores...

Parpadeando un par de veces algo estupefacta Asako, apunto de llorar se lanzo a los brazos de su amiga, provocando que ambas llamasen la atención de la profesora, quizás se encontraban en receso. Pero ese estruendo les causaría problemas.

—Primero mi cabello... — murmuro— y ahora mi espalda...

Se quejó la azabache mientras, la castaña se levantaba para ayudar a su amiga a levantarse, par levantar ambas la banca sacudiendo su ropa.

—Giambrone-san...— le llamo la profesora haciendo que se tendrá un poco—... Tomando en cuenta que tienes tanto tiempo libre como para jugar de forma tan pesada con Natsume-san...

Un escalofrío recorrió a ambas, quizás la profesora se había molestado porque casi rompían aquella banca.

—Necesito que le lleves esto a Haru Yoshida...— por alguna razón ese nombre le causo un escalofrío —... Se lo iba a pedir a Mitsutani-san, pero ella esta ocupada y no quise molestarla.

Señalo con la cabeza a cierta castaña de dos coletas que no solía hablar con nadie y enfocarse en sus asuntos. Antes de entregarle un sobre, junto con la dirección del antes nombrado antes de retirarse, sin dejarla decir nada al respecto.

—Oh... No— murmuro la castaña—... ¿Eso significa que no iras a mi casa después de clases?

La azabache negó, ya que siempre iba a casa de la castaña por las tardes porque ambas tenían cierto problema para estar siempre en el celular. La azabache porque solía leer formatos PDF al no tener dinero propio y no poder costear aquellos libros. y la castaña porque tenía amigos en linea, así que ambas fingían que pasaban la tarde juntas jugando videojuegos o simplemente escuchando musica para no tener problemas.

—Quizás si...— murmuro—... Pedí permiso, así que entrego estos papeles y te alcanzó...

Por alguna razón el nombre de Haru Yoshida le parecía algo familiar hasta que recordó el dichoso accidente del primer día, en el que decían que aquel chico había golpeado a algunos estudiantes mayores, ahora que también recordaba eso, el también era su compañero de clases pero lo había regresado en un largo tiempo y aun las personas solían murmurar cosas por los pasillos. Exagerando un poco los acontecimientos, como los medios al anunciar alguna historia en las noticias. Esto seria algo tardado.

Stubborn boy [Haru Yoshida y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora