- Te dije que me escucharas. ¿Te han hecho algo?
- Nada salvo llenarme la boca de babas. Que asco.
Einar me miró y sonrió.
- Eres realmente adorable. ¿Lo sabías?
- ¿¡Vas a explicarme de una vez a que viene todo esto!?
- Veamos... Por dónde empiezo... ¿Estás dispuesta a creer todo lo que te diga?
Asentí.
- Existe... Existe un mundo además del tuyo, del que creías conocer. El Subterráneo.
- ¿Está bajo tierra?
- Exacto.
- ¿En las cloacas?
- Ni hablar. Mucho más abajo.
- ¿Y que más?
- En este mundo habitan todo tipo de criaturas.
- ¿Vampiros y hombres lobo?
- No seas ridícula. Esto no es una novela adolescente.
- ¿Qué clase de criatura eres tú?
- Soy un Terbode.
- ¿Y eso que es?
Bajé un segundo la vista, y al volver a levantarla Einar no estaba allí.
- ¿Einar?
Un sonoro moscardón recorrió la habitación, y voló frente a mí.
- ¿Eres... eres tú?
El moscardón comenzó a crecer de forma impresionante y a deformarse envuelto por una luz azul, hasta convertirse en un perro labrador, que ladró alegre. Le acaricié la cabeza. Se deformó de nuevo y volvió a ser Einar.
- ¿¡Puedes transformarte en el animal que quieras!? Es... ¡Es genial!
- Sólo cuando estoy en plena forma.
- ¿Que más sabes hacer?
- Puedo mover cosas sin tocarlas... Influir en la voluntad de las personas... Incluso darles parte de mi poder.
- ¿Eres como un mago?
- Más o menos, pero por delante de todo soy un protector.
- ¿Y a quién proteges?
- A quien lo necesite.
- ¿Y has venido aquí para protegerme a mí de esos bichos?
Él negó con la cabeza.
- Eso sólo ha sido un contratiempo. Esos bichos han venido de sorpresa. Tú no eres mi protegida, sino tu hermano.
- ¿Mi hermano? Soy hija única.
- ¿Qué? ¡No! Debe de haber un error. Si las coordenadas que me dieron estaban bien...
- ¿Sabes en que ciudad estamos?
- En Chicago, ¿verdad?
- Einar, estamos en Nueva York.
Se levantó de golpe.
- ¿¡Que estamos dónde!?
- En Nueva York.
- ¡No! ¡No! ¡Estúpidos monstruos! Sabía que usar el vórtice era arriesgado.
- No... No te entiendo.
- Tranquila. Pronto volverás a entenderlo todo.
Lo vi rebuscar algo en su bolsillo. Sacó algo puntiagudo, aunque no llegué a descifrar lo que era. Puso su mano en mi pecho.
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PROTECTION
FantasyUna noche como cualquier otra una explosión resuena en la Gran Manzana. Nadie parece darse cuenta de ello salvo una joven, quien encuentra allí a un muchacho ensangrentado que le suplica ayuda. Quien iba a imaginar que aquel incidente desenterraría...