El pro héroe inhaló y se quitó de encima a todos para ir hacia donde esta estaba.

—¿Aleska?— Dijo con la voz esperanzada, la nombrada dirigió su mirada hacia él, quedándose helada.

Alain.— Habló con una sonrisa fingida.— ¿Qué haces aquí? — Comenzó a procesar todo.

Podría decir lo mismo de vos.— Rió carismático.— Pero ya sabes, trabajo de héroe y todo eso, pero habláme de vos, han pasado...

Dos años.— Mordió su labio aún buscando a su novio con la mirada, tratando de no ser tan obvia.

Ajá, pasa muy rápido el tiempo, hasta hace unos años ambos estábamos en la secu, nos íbamos al parque con la pandilla, ¿Recuerdas a Eric? Que digo, obvio sí, ¿Aún te hablas con él? — Comenzó a preguntarle con claro entusiasmo.

—Ugh, que persistente.— Sonrió de la misma manera.

El más alto la miró confundido.— Supongo que se te ha pegado el bicho de estos pibes, son todos unos acosadores, en especial las minas.— Suspiró.

—¿Di?— Se acomodó mejor, él rió.

Ay, Ale.— Observó la hora en su celular. —¿No te parece ir a comer algo? ¿Un sándwich?— Guardó el celular en su bolsillo.

Ya quisieras, Lopez.— Levantó el rostro con superioridad.

Vamos.— Se acercó y comenzó a acariciar su mejilla, ella lo miró desafiante con la expresión sería.— ¿O acaso tu novio te pega?— Dijo con intención de molestarla.

Un golpe en seco se oyó en todo el lugar.

Ahora sí eran el centro de atención.

El chico se acarició la mejilla mientras se lamía los labios.

La chica ni se tomó la molestia en cachetearlo por sí misma, había usado su quirk.

A él se le había olvidado la fuerza que tenía.

Que agresiva. — La observó con gracia.

Y que quedé claro que quien te botó fui yo.— Dijo ya con intención de irse, Shinsou podía esperar.

.— Rió con burla. — Sólo te faltaba el aro en la nariz, porque los cuernos ya los tenías.— Esperó su reacción.

Ahora sí, hijo de tu madre, ¿Quieres que te diga tus verdades, ah? ¿Eso es lo que quieres? — Se volvió a girar mientras se alteraba.

Quiero una oportunidad.— La tomó entre sus brazos, sorprendiéndola de vuelta.— He cambiado, De La Cruz.— La miró directo a los ojos con determinación.

Eso dices siempre, te di una oportunidad antes, y juré nunca volver a confiar en ti.— Dijo con asco.

El primer amor nunca se olvida.—

—¡Me engañaste tres veces!— Le reclamó.

Y me arrepiento totalmente de eso.—

—¡Me manipulaste!— Su voz tembló.

Nunca más, he cambiado, Ale, lo he hecho porque te amo...— Tragó saliva al ver sus ojos llorosos. — No te he podido superar.

Mi razón ; Shinsou HitoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora