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Señalaba el delirio una línea cruzando paredes y choques.

Alimentaban las experiencias pasos alertados y corazones.

Y me decidí en observar la hilera más inexplicable.


Podría revelar tanto sobre ella

como, cuando sonreía, se podía

abordar con universos y salir ileso.


Podría gritar demente sobre Sevilla,

enfatizando cada textura qe creaba

cuando, al acariciarme, me alzaba en vuelo.

Siendo eso, además de arte, magia.


El tiempo se detenía cuando nuestras miradas,

al asomarse al abismo de los miedos,

besaban cada uno de los riesgos;

cruzando las fronteras de la piel,

el aroma de los sueños.


Y, con plena seguridad, aseguro qe

más bonito era un viaje amparándonos

mientras el verano nos hacía invierno.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora