Sobre la vida, mis decisiones, entre otras cosas sin importancia.

Un día más en la vida

Busqué el envase a la vez que ansiosamente pensaba en lo mucho que disfrutaría la dosis que tomaría, tales oh hermosos viajes que me ofrecería, la sensación de elevarme hasta el cielo y no poder ser molestado, el poder distraerme, el dejar este sucio mundo lleno de desdicha y conflictos, no tiene caso seguir aquí cuando puedes llegar a tan glorioso estado de regocijo, un estado de paz interminable que no hace más que subir y subir. Seguía buscando el envase y mis anhelos y pensamientos se volvían casi orgásmicos por cada momento que pasaba. Se volvía insostenible y sentía la gran necesidad de tomar una dosis en el momento, mi necesidad de magnitudes gigantescas me mataban y yo no paraba de ansiar, no hacía más, tenía que encontrar el envase y dejar de ser para convertirme en todo, sentirlo todo, gozar lo que jamás se ha gozado y experimentar lo que jamás se ha experimentado.

No encontraba el frasco, ¿Dónde estaba el frasco? ¿Dónde estaba el frasco? ¿Dónde estás frasco? Vamos... por favor... aparece, ¿Dónde estás? ¿¡Dónde puedes estár!? ¡Maldición! ¡Dónde estás! El frasco no aparecía y mi desesperación emergió, el raciocinio perdí y no supe que hacer, me sentía tan acelerado, sentí que podía estallar, en un descuido y mi cabeza seguro que explotaba, pensé que en cuestión de nada estaría bajo los efectos de mis drogas pero no hallé las pastillas, me desesperé.

Y aquí me encontraba yo, asediado por mis vicios y mis propias tentaciones, era difícil observar mi panorama por lo que me senté en la silla que me regalo mi padre ya hace muchos años y proseguí a pensar en mi problema, sobre mis propios conflictos que no me dejaban ser feliz. Pensé que era feliz, creía no lastimar a nadie. Por tantos años poseí mi voluntad y miren donde me encuentro hoy, ¿Cuál es mi problema? Me preguntaba, no podía ser que de un momento en el que tuve todo lo que una persona podría anhelar pase a otro en el que me siento más miserable que lo que haya podido imaginar, y aun así no me puedo quejar ya que nunca hice nada de lo que no haya querido hacer, yo mismo me conduje a mi miseria y ese es uno de los hechos de los cuales más me arrepiento.

Arrepentimiento, todos hacemos cosas mal, recuerdo cuando era pequeño y un día mi madre olvidó poner el emparedado de siempre en mi mochila, nunca me había pasado eso, el gran hambre y la poca asimilación que adquirí no hizo más que empujarme a robar el lonche de un compañero, antes de eso estaba dudoso si hacerlo o no, pero cuando me cuestionaba me di cuenta que era demasiado tarde para retractarme, había metido mi mano en la mochila de mi compañero y en ese momento me di cuenta de que no había marcha atrás, pero de esa experiencia no me arrepiento ya que a pesar de que tal acto es sumamente reprochable el compañero vio lo que hice y en vez de acusarme o realizar cualquier otro acto en mi contra el me ofreció de su lonche, agradecido lo acepté y lo que restó de ese año formé un gran amigo.

Me doy cuenta de que si volviera atrás e hiciera bien todas las cosas que cometí incorrectamente no sería la misma persona, ¿Hubiera sido mejor? Sea lo que fuere, ese no habría sido yo, es posible que la persona que conocen por mi ser fuera mucho mejor y casi indudablemente no habría caído en las drogas como yo lo he hecho, pero entonces ¿Donde quedaría yo?

Tal vez suene egoísta, yo soy lo que pienso y mis pensamientos son el resultado de mis vivencias, si no tuviera las mismas vivencias entonces pensaría diferente, espero que estén entendiendo a lo que me refiero. Entonces creo que está bien, no me sirve de mucho pensar sobre lo que haya hecho en el pasado, digo, solo perdí gran parte de mi juventud con malas relaciones y después de eso mis amigos me abandonaron, quedé solo con unos pocos frascos que pensaba que nunca iban a terminar, han terminado y me percato que mi vida se fue al garete, un día más en la vida.

Las personas tenemos la libertad de decidir nuestros actos, pero si nosotros nos aprisionamos y nos retenemos bajo el yugo de nuestras propias pasiones entonces la hemos perdido, difícilmente haremos algo con conciencia y no sería de extrañar que termináramos violando la libertad de otras personas, entonces si nuestra propia libertad es un peligro para la convivencia, ¿Por qué la poseemos?

Es muy fácil decir que otorguemos nuestra libertad para la perfecta armonía de las sociedades pero me percato que esto es ridículo comparando mi situación y la naturaleza de las personas.

Alguna vez estuve lleno de ambición y eso tarde como temprano fue mi propio verdugo, renunciar a la ambición sería renunciar a nuestra propia naturaleza. ¿Cuál es el propósito de nuestras ambiciones? Esto me recuerda a una frase que escuché "Las sociedades son como un barco, solo se preocupan en ir más y cada vez más rápido pero estas en realidad carecen de destino" ¿De qué sirve que un barco vaya más rápido si no tienen un lugar a donde ir? Justamente así me siento yo, he hecho tanto daño a las personas que alguna vez me rodearon solo para conseguir un poco más de satisfacción personal efímera, así es como yo siento la vida, mancillando las inocencias de las personas solo para llegar a una situación que las sociedades consideran "buenas", pero, pensando de esta forma se dicta que no tiene razón la forma en que vivimos si para el final llegaremos a partir, y esto no me gusta nada, ya que si esto es así quiere decir que no tienen sentido nuestras vidas.

Me gusta pensar que hay un dios viendo lo que hago, me gusta pensar que ese dios ve toda la tristeza que engendro y será misericordioso conmigo, me gusta pensar que solo porque hay personas que nunca han sufrido ni sufrirán lo que yo tengo bien merecidas las más supremas abundancias y riquezas, me gusta pensar eso, que no hay problemas reales ya que algún día llegará alguien superior y me sacará de todo esto, aún cuando yo no lo merezca.

¿Por qué alguien habrá de rescatar a la conciencia más sucia y despreciable y recompensarla por el sufrimiento que el mismo se provocó?