Su hermano mismo llevaba en el cuello un tatuaje de un fenix que le había hecho el. Sin embargo el no tenia ni un rastro de tinta en su cuerpo, en varias ocasiones le habían dicho que se hiciera uno pero el simplemente no quería.

Carla y David se sentaron en el sofá uno al lado del otro, la joven puso sus piernas sobre las de el para hacer ver a las otras de la habitación que no le habían quitado ojo nada mas entrar que en cierta manera le pertenecía, aunque ella sabia muy bien que no era así que posiblemente cuando acabara la tarde se habría metido en la cama con alguna de ellas. Por eso mismo se limito a hacer saber a las demás que no se acercaran.

Mientras tanto Mateo le pasaba el porro a su hermano que este aceptaba.

 - ¿Que tal te ha ido el día hermanito?-. Le pregunto recostándose sobre el sofá

David se encogió de hombros y expulso el humo aun mantenía una mano sobre la pierna de Carla.

 - Nada fuera de lo normal.

 - Seguro que has dibujado otra vez a gente. Dejame ver-. Dijo Carla metiendo la mano en el bolsillo de su chaqueta para conseguir la libreta.

El joven no hizo ningún amago de recuperar su libreta. Todo el mundo en esa habitación sabia que pintaba. Todo el mundo en aquella habitación sabia que cuando se aburría se iba a la calle a pintar a los transeúntes que pasaban por ahí porque no podía estarse quieto y no podía pasar ningún solo día en que sus dedos no controlaran un lápiz creando su mundo. Carla recorría hoja tras hoja mirando maravillada todos los dibujos de David. Pero de repente su cara cambio cuando vio que hoja tras hoja el mismo rostro. 

 - ¿Que pasa Carla? ¿Acaso mi hermanito ha dibujado una mierda del suelo?-. Pregunto divertido Mateo.

 - Has dibujado muchas veces a la misma chica, normalmente dibujas a gente diferente-. Dijo Carla haciendo caso omiso a Mateo y centrando su atención en David

El aludido clavo su mirada en ella, completamente serio.

 - Muchas veces he hecho el mismo rostro, en todo caso no tengo porque darte explicaciones.

La joven se puso seria y puso mala cara levantándose del sofá y cambiando su lugar al lado de Mateo, quien se reía al ver la frialdad con la que su hermano había tratado a la chica. Carla aun tenia la libreta en la mano.

 - Mi hermano, el gran rey del hielo-. Dijo con una gran sonrisa-. Enséñame el rostro de esa chica-. Extendió la mano hacia Carla para que le dejara ver los dibujos

Ella se lo dio y cuando vio el rostro abrió los ojos y soltó una exclamación.

 - David este es el tipo de chica a la que no tienes que dibujar sino que tienes que disfrutar de sus curvas de otra manera que no sea a través de un lápiz.

Siguió pasando hoja tras hoja hasta que David se canso y se levanto para arrebatar su libreta de las manos de su hermano.

 - Aun así, parece el típico prototipo de chica retraída y aburrida-. Dijo poniendo cara de asco

David se giro hacia ella enfadado.

 - Solo es un dibujo Carla, no la has visto en persona

 - Yo quiero verla en persona-. Levanto la mano Mateo

 - Tu deberías conformarte con lo tienes

 - Venga hermanito, por un poco mas no pasa nada ¿no?

El joven no hizo caso a su hermano y se volvió a sentar en el sofá. En ese momento en el que Carla se había despegado de el, otra chica con el pelo negro recogido en una trenza y rasgos latinos aprovecho y se sentó a su lado sonriendole de manera provocativa. Las uñas se clavaban en la carne de sus muslos cuando Carla contemplaba la escena y mas aun cuando David contestaba a sus caricias y sus sonrisas. Si las miradas mataran David y aquella chica ya estarían bajo tierra, o al menos si se hubieran dado cuenta lo estarían porque ambos estaban tan pendientes del uno del otro que no hicieron caso a nada de su alrededor.

Dime que deseasWhere stories live. Discover now