—Me importa porque tu hermana estaba sola mientras tú fornicabas en la casa de tu madre, quien creí te había inculcado valores. Al menos podrías haber puesto seguro a tu habitación, pudo haber sido Katherine la que entrara.

Él palidece. Lo veo fijamente, absorbiendo todo lo que puedo, porque estoy cansada de esta historia que armo en mi cabeza donde habrían más besos después del de su cumpleaños. Ya no puedo seguir mintiéndome a mí misma, me lastimo, me hiero. Me quiero lo suficiente como para decidir que debo dejar a Keith atrás.

La "niñera" de Katherine, una rubia natural de cara angelical, pero quien realmente es una fornicadora, camina hacia nosotros luciendo tan desarreglada como podrías estar después de tener sexo. Siento asco.

Ella es totalmente atractiva, tiene veintidós años, un año y medio mayor que Keith. Yo soy la niña de dieciséis años que sueña despierta con perder la virginidad con su enamoramiento de toda una vida.

—Por favor no le digas a la señora Kancy, no volverá a ocurrir —me pide la niñera, yo asiento con la cabeza.

—Eso espero. La casa Stuart merece ser respetada, bien podrían buscar un hotel.

Me doy la vuelta, sintiendo mis ojos humedecerse.

No llores aun Bridget.

—Brid... —murmura Keith, me doy la vuelta y busco en mi bolso la razón por la que había ido.

—Esto era para ti. Lo vi y me acordé de cuanto lo querías —murmuro, depositando un video juego en su mano—. Espero que lo disfrutes.

Me prometo a mí misma nunca mirar atrás, y no lo hago, sigo adelante como debí haberlo hecho hace mucho tiempo.

***

18 de julio, 2005

Dios esto duele, duele mucho. Branden es tosco y torpe. Duele, no hay ni una pisca de placer, pero no a todo el mundo le va bien perdiendo la virginidad, además el pobre está tan tenso que da la impresión de que él tampoco lo esta disfrutando.

Entra y sale, puedo sentirlo deslizarse, así que esta es la forma en la que se siente tener sexo. Intento imitar las historias que Kae escribe y las películas, deslizo mis manos por su espaldas, hago todo según lo que recuerdo que debo hacer, eso parece estimularlo.

Al menos a uno de nosotros no le está doliendo. Cierro mis ojos y lo beso, necesito distracción del dolor.



Sacudo mi cabeza, saliendo de los recuerdos de mi reciente pérdida de virginidad.

Perder la virginidad no fue tan malo... De acuerdo, tampoco fue bueno. Dolió, dolió mucho, más cuando para Branden también fue su primera vez.

No hubo oasis, estrellas ni orgasmo. Sólo incomodidad, dolor y torpeza. Pero hice lo que quería, deshacerme de mi virginidad. Y aunque lloré al final porque no fue con la persona con la que lo imaginé, me di palmaditas en la espalda y me dije que ya todo estaba hecho.

Y fui una absoluta perra diciéndole a Branden que no lo repetiríamos porque él no me gustaba de ese modo, podría decirse que me aproveché del chico.

Kaethennis está parloteando de su vecino, con quien perdió su virginidad hace un mes y con quien lo ha hecho más de dos veces. Ella dice que le gusta, pero que no lo ve como algo verdadero, solo está experimentando.

De nosotras dos, ella siempre va por delante. Ella siempre es la primera en probar las cosas y eso está bien para mí, porque entonces tengo una idea de qué no hacer. Pero esta vez es diferente, ella disfrutó en su primera vez y yo solo estuve ahí viendo a Branden ir y venir en mi cuerpo. No me siento utilizada, solo decepcionada del sexo.

—No quiero hacerlo más con él, Brid, él cree que soy su novia... —continúa Kae.

—Tuve sexo —la interrumpo, diciendo finalmente lo que ocurrió.

—¡¿Qué?! —grita ella, llamando la atención de Keith y Katherine, quienes juegan con un balón frente a nosotras, a la distancia.

—Tuve sexo —repito—. Con Branden...

—Él es hermoso...

—Y virgen —la interrumpo—. O bueno, al menos lo era antes de que tuviéramos sexo.

—Bridget... Y... ¿Cómo te sientes?

—Normal —respondo finalmente, viéndola—. No me siento diferente. Bueno, antes me dolía abajo, pero realmente el sexo está sobrevalorado, no fue nada memorable.

Ella me ve con incredulidad, yo también estoy sorprendida. Vamos, pasé toda una adolescencia fantaseando con tener mi primera vez con Keith, pero dos meses atrás, cuando lo encontré con la niñera de Katherine, como que mi ilusión desapareció.

—Tal vez sólo se trata de que fue tu primera vez —murmura Kae tomando mi mano—. Estoy segura de que la próxima vez será mejor.

—Y desde luego no con Branden...

—Tal vez Keith y tu...

—Tu hermano y yo nada —la interrumpo poniéndome de pie, Kae me ve sorprendida, ella nunca sabrá lo que vi—. Mira, debo irme. No te sientas mal, hice lo que quería hacer, fue decepcionante pero de seguro la próxima vez habrá fuegos artificiales, tocaré el cielo y toda la mierda sobre el sexo que escribes en tus historias.

»Ahora, creo que debes acabar con Demian pronto, lo último que necesitas es un vecino obsesivo. ¿Bien?

—Vale. No es mierda lo que escribo sobre el sexo en mis historias, te pasará algún día a ti, a mí, nos pasará.

—Eso espero Kae.

Me doy la vuelta y comienzo a caminar, me detengo al darme cuenta de que Keith está dispuesto a seguirme. Es su fin de semana de descanso de la universidad, la primera vez que lo veo en dos meses.

—Bridget...

—Keith —digo, cruzándome de brazos, cerrándome a todos sus encantos, la Bridget que suspiraba por este hombre ha queda atrás o quizás solo esta escondida, pero no es la misma Bridget que está de pie justo frente a él. Aún me consumen viva las emociones, pero soy más sabia.

—¿Podríamos hablar?

—No puedo, tengo planes justo ahora.

—Por favor —pide, juntando sus manos.

—Lo siento, no puedo —digo, retomando mi camino, porque de ninguna forma retomaré mi tonto enamoramiento por un chico universitario. Aprendí mi lección.

De los errores se aprende.



Gracias por el apoyo, los votos y comentarios.

Voten y comenten si quieren (espero que si quieran)

Un beso.


Los Besos Robados de Bridget (BG.5 libro #1.5) Disponible en libreríasWhere stories live. Discover now