Me dirigí a la segunda planta y me esperé en la sala de estar.

[...]

— ¿es usted familia de la chica? — preguntó un médico saliendo de la habitación.

Debía de decir la verdad para que todo vaya bien y no tenga problemas ahora por ella.

— no, pero estoy a su cargo — dije.

— ¿su nombre y el de la chica? — preguntó.

No me gustaba decir mi apellido ya que soy conocido por mi trabajo, pero lo tenia que decir.

— james Mcolled — dije — el de ella es Mía Smith — dije.

Recordé su apellido por el informe que hice.

— bien, pues ella está un poco débil, ha perdido sangre aunque no hace falta un transplante ya que perdió un poco, cosimos la parte abierta y ya está — dijo.

Asentí.

— ¿cuando podrá darla de alta? — pregunté

— depende de cuando despierte, se calcularía que mañana ya estará en pie — dijo sonriendo — si quieres puedes entrar — dijo.

— gracias — dije y entre.

Estaba ella en una cama alta, pálida, relajada...

Me acercó y veo que unas agujas dentro de su piel conectadas con esas bolsas de medicamento.

Tocó su piel y está fría.

Colocó mi mano en la bata y la subo hasta el vientre para ver la parte dañada y cosida.

Se veía muy doloroso, estaba de un color morado con rastros de sangre...

De repente entro alguien.

— ¿que haces aquí Ana? — me sorprendí.

— me enteré por tu empleada Fernanda, llamé a tu casa para hablar contigo y me contestó ella contándome todo — dijo ella acercándose a mi.

Asentí.

Me tocó la mejilla y se acercó dándome un beso en los labios.

Sonreí.

— ¿como está? — preguntó dirigiéndose a ella.

— supongo que bien por lo que me dijo el doctor — dije.

— ¿y su familia? — preguntó ella.

No sabía que responder.

— es una larga historia... — dije sentándome en un sillón.

Asintió.

Me senté en el sillón a pensar sobre la situación.

De repente Anastasia se sentó a mi lado y me agarro de las manos.

— no sé qué relación tendrás con Mía, pero lo siento mucho, ella se recuperará — dijo y sonrió.

No aguante más y la cogí lentamente de las mejillas y la besé.

No sé qué tiene esta chica que me hace sentir que soy una persona nueva, pura, amable...

De repente alguien entró, y ese alguien era Archi.

— hola, vine en cuanto pude — se acercó y nos saludó.

— hola, soy Anastasia, su secretaria — saludó Ana.

— Archi — se presentó el.

El me miró y luego miro a Mía.

— ¿como está? — preguntó el.

— bien, por lo que se mañana despertará — dije.

— ¿puedo hablar contigo en privado? — preguntó Archi.

Asentí.

— entonces saldré — dijo Ana y salió.

Nos quedamos los dos solos y me miró algo serio.

— James ahora enserio...¿tienes algo que ver? — preguntó el.

— no seas estupido Archi, si hubiera sido yo se lo hubiera echo directamente y la hubiera enterrado lejos de aquí — dije un poco enojado.

— lo siento es por lo que dijiste la otra vez cuando estabas en mi casa — dijo.

— ¿Betty lo sabe? — pregunté.

— no, nada más salir de la casa de Clarek fui a mi bodega deje todo y vine. —

Asentí.

Pasaron 5 minutos y salimos a la entrada del hospital.

— ¡señor Mcolled! — me llamo el doctor.

— ¿si? —

— ¿quien se quedará con la chica? — preguntó el.

— Nadie — respondí serio.

Asintió y nos fuimos.

Nos despedimos de Archi y yo y Ana nos dirigimos al parking en donde se encuentra nuestros coches.

— james — me llamó Ana.

— dime — respondí.

— como mañana no hay que trabajar...te quiero invitar a mi casa — dijo nerviosa.

Algo insinúa.

Fruncí el ceño.

— bueno si estás mal por lo de Mía, no hace... — la interrumpí agarrándola de la cintura.

La atraje hacia mi.

— por supuesto que no — dije y la besé.

Ella río en medio del beso.

Nos separamos y nos dirigimos a su fiat rojo.

— ¿vamos en tu coche? — pregunté.

Ella asintió sonriendo.

Saque mi móvil y llame al turco para que lleve mi coche a casa.

Nos montamos y me sentí gigante.

— parece que estoy en un coche de muñecas — dije y ella río.

— ¿te quedarás conmigo a dormir? — preguntó agarrando mi mano.

— algo me dice que me tienes que convencer — dije de manera pervertida.

— ¿convencerte? ¿De que manera? — preguntó sonriendo.

— eso tú ya lo sabes — dije y ella río.

— entonces algo me dice que si te quedarás — dijo mirándome y guiñándome un ojo.

Me vuelvo loco...

Pobre Mía...😢

SolaWhere stories live. Discover now