Parte I

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Narra Justin

—Buenos días nena—sonreí besando su mejilla antes de sentarme frente a ella donde me esperaba mi desayuno ya servido. Amaba cuando Abby cocinaba; eran raras las veces, pero cuando lo hacía era el mismísimo paraíso. No mentía al decir que amaba que me cocinara y me mimara. Normalmente yo llegaba más temprano y siempre era yo quien terminaba cocinando y mimándola, pero hoy había sido mi turno y lo agradecía. Últimamente llegaba muy agotado a casa.

—Buenos días—respondió devuelta sin apartar la mirada de su teléfono y la mire de arriba abajo admirando su traje negro de vestir. Estaba seguro que ella no tenia idea de lo sexy que se veía con traje de vestir; este se ceñía a su cuerpo y hacia que su piel resaltara aún más. Además de que radiaba seguridad y poder; algo muy bueno para una abogada. Ella nunca lo admitiría, pero era la mejor abogada de su firma. En tan poco tiempo había logrado ganar más de cincuenta casos sin contar con experiencia previa. Estaba seguro que su imagen de chica fría ayudaba bastante; pues su semblante serio radiaba poder, seguridad e intimidaba. sentía que ella podía leerte solo con un vistazo y no lo dudaba; ella se había dado cuenta de cuanto me gustaba en nuestra primera cita.

—¿Cómo amaneciste? —pregunté acariciando su mano, pero esta rápidamente la apartó. Sabia que no le gustaba las muestras de cariño, al menos no fuera de la cama y aunque me dolía, me había costumbrado. Desgraciadamente me había acostumbrado a su actitud fría desde que vivíamos juntos; había sido así desde que la conocí aquella tarde en la cafetería y tres años después seguía siendo así. Muchas veces había intentado hablar con ella sobre cómo me sentía sobre su distanciamiento y su frialdad, pero siempre evadía mis preguntas diciendo que así era ella. Quería creer que había sido lastimada en el pasado y por eso era así, pero no lo sabía. Abby nunca hablaba de su pasado, ni siquiera de su niñez. Decía que no era importante y aunque moría por saber más sobre ella, me había conformado con lo que decidía compartir. No era mucho, pero era suficiente para mí. Nada de lo que dijera cambiaria cuanto la amaba, cuan seguro estaba de pasar el resto de mi vida con ella.

—Bien—respondió colocando los platos en el fregadero y suspiré dándole un sorbo a mi café. Me encantaría tener una conversación donde se interese también en cómo me sentía o como estaba, pero con Abby era así. Ella jamás preguntaba cómo estaba, jamás se interesaba en mí; al menos no fuera de nuestra habitación. Se que le costaba abrirse a las personas, se que le costaba comunicarse y mostrar sus emociones, pero cada vez más resultaba doloroso. Quería que fuera amorosa, que me contara como se sentía, que me demostrara cuanto me amaba, pero eso no iba a pasar. Eso era pedir mucho y Abby no estaba dispuesta arriesgarse. Me lo había dicho muchas veces y eso me dolía porque podía ver el miedo en sus ojos, pero ella no tenía nada que temer. Yo jamás le haría daño.

—¿Estas lista para el caso de Brown? —pregunté y esta asintió mordiéndose el labio; señal de inseguridad. Sabía que era un caso importante para su firma y para ella; llevaba meses trabajando duramente para demostrar la inocencia del señor Brown; un taxista acusado de complicidad en un asesinato de una joven. Hoy seria la primera vista y estaba seguro que todo iba a salir bien; mi chica era muy buena en su trabajo y estaba muy orgullosa de ella. —Todo saldrá bien nena, sé que lo harás bien—sonreí poniéndome de pie y me acerqué a besar su frente haciendo que se tensara. De seguro la había cogido desprevenida.

—Eso espero—dijo alejándose disimuladamente de mí y suspiré. Odiaba que se tensara cuando la tocaba o la besaba desprevenidamente. Sabía que en el pasado había tenido muchos problemas con los chicos que intentaron sobrepasarse con ella, pero yo no era cualquiera. Era su prometido, pero eso ya no importaba.  —¿Puedes chequear la camioneta? —preguntó y fruncí el ceño al ver su mueca de desagrado.

—¿Por qué? ¿Pasó algo? —pregunté confundido y esta asintió con una mueca. Eso si que era raro; su Ran Rover era del año y estaba en perfectas condiciones.

Mi chica fría {Historia corta de Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora