Cronológicamente hablando. [169]

5 0 0
                                    


Mis ojos estaban vendados, mis pies y muñecas estaban atados juntos. Me llevaban arrastrando en una bolsa muy rasposa y escucho los quejidos de otras personas también. Sentía mucho miedo, no recordaba gran cosa antes de estar en esa situación; a decir verdad, lo primero que pensé es que iba a morir. Al parecer, nuestros secuestradores nos llevaban por un pasillo perturbadoramente extenso y largo, muy liso y helado, me costaba un poco sentir mi hombro derecho por haber estado expuesto a tal temperatura por tanto tiempo. Nos detuvimos un momento, los secuestradores parecían admirar algo pero no nos contaron nada, al menos, no a nosotros...

"¿A cuántos de ellos debemos sacrificar?"­−fue lo que escuché de la boca de uno de los sujetos que nos arrastraban. Sentí mucho miedo, quise intentar zafarme pero el dolor muscular, incomodidad y todo lo que me imposibilitaba no me permitía hacerlo. Pude distinguir que sacaron a una mujer de una de las bolsas, amordazada de su boca, probablemente había estado gritando mucho antes de que decidieran ponérselo. La tiraron al suelo, su cuerpo fue retumbado en el piso helado y quejidos salían de ella, empezó a llorar muy fuerte. Sin embargo, de repente un fuerte crujido de huesos y carne sonó; se escuchó la sangre salpicar, pero nadie parecía asombrarse. Tuve miedo, mucho miedo. Seguimos siendo arrastrados por el suelo, no entendía qué había pasado atrás, solo pude comprender que esa mujer había sido asesinada de una manera que se me escapaba en aquel momento. ¿Qué seguía ahora?, sentí que me sacaban de mi bolsa, tuve que relajar todo mi cuerpo, todos mis músculos para aparentar estar inconsciente aún, sentía mucho miedo y una lágrima salió de mi rostro, rezando por que no la hayan visto. Quitaron las vendas de mis ojos y me tiraron al suelo, dolió mucho y el piso ahora se sentía como hielo puro, me quemaba y mi piel se quedaba pegada cuando intenté separarme. Alcé la mirada y con mucha dificultad pude discernir los pies de una mujer, blancos, delgados, ella aparentaba estar desnuda, pero antes de que siquiera pudiese ver su rostro, un tipo me pisó la cabeza desde la nuca, estrellando mi nariz en el piso; eso hizo que la misma sangrara mucho, y los sujetos que nos secuestraron a mí y a los demás le hicieron una pregunta a esa mujer.

"¿Qué es lo que vamos a escuchar?" –dijeron al mismo tiempo, eran tres sujetos. Fue entonces cuando la mujer empezó a hablar, tenía una voz dulce, muy hermosa, casi angelical. Pero lo que salía de su boca eran descripciones, pero no cualquier tipo de descripción. Esa mujer estaba relatándonos a todos con calidad de detalle cada hecho violento que había sucedido desde el inicio de los tiempos, incluso recuerdo que esa mujer tenía una cadencia en su voz que era demasiado extraña, no podía describirlo ya que era como si pudieses ser hipnotizado por ella, casi absuelto de la realidad. Perdí la noción del tiempo, a estas alturas no estoy seguro si lo que estuve ahí fueron horas, días o incluso años. Esa mujer citaba fechas exactas, horas exactas, nombres y formas de asesinatos, violaciones, maltratos, todo un mundo de violencia que no podía ni quería escuchar.

No me di cuenta en qué momento sentí unos tentáculos, alambres de carne que cubrían mi cuerpo y mantenían mi cabeza contra el piso, como dije, perdí la noción de todo. A pesar de todo esto, no puedo recordar si en alguna ocasión logré conciliar el sueño, a decir verdad, no recuerdo haber sufrido hambre o sed, ni siquiera ganas de orinar o defecar, en el momento no me di cuenta de todo esto, pero ciertamente es algo que no pude explicar y probablemente nunca podré.

En mi vaga memoria puedo observar que hubo un momento; creo yo, muy extenso de silencio, la mujer dejó de hablar, los hombres no decían nada, solo estaba un frío silencio que me estresaba cuando me percaté de él. Escuché un quejido que provenía de uno de los hombres, parecía que no podía respirar y solo escuchaba que decía "No lo vi, no lo vi, perdóname por favor". Me dio terror escuchar su voz luego de no haber escuchado algo similar en una cantidad de tiempo tan indescriptible. Los otros dos parecían temerosos, pude escuchar cómo fue que uno soltó algo de llanto, no tan fuerte, pero sí lo suficiente para que, lo que sea que fuesen esos alambres de carne que cubrían mi cuerpo, atravesaran lo que luego me di cuenta, eran sus testículos. El último hombre en pie debió hacer un esfuerzo sobre humano para no gritar de ira. Ellos tres eran hermanos de sangre, y en ella morirían todos juntos. Finalmente, ese sujeto cayó de rodillas al suelo y gritó con toda su fuerza y dolor al ver con impotencia cómo fue que aquella mujer había asesinado a sus hermanos frente él. En un momento estuvo gritando y al siguiente escuché un sonido seco, como si le hubiesen atravesado la garganta con una aguja fina y letal, murió ahogado.

Pasó un tiempo antes de que mis lágrimas salieran lentamente de mis ojos, los lazos que me mantenían en el piso eran más débiles, me arrastraron y me pusieron de pie frente a la mujer, tenía miedo de abrir mis ojos pero lo hice lentamente a pesar de que le ordenaba a mi cuerpo entero no hacerlo. Lo que vi ante mí era una mujer muy bella, con ojos que parecían un abismo, casi literalmente. No me dijo nada, solo me miró y pude entrar en un trance que parecía muy surreal, vi a una persona anciana caminando junto a una niña de cabello castaño, tomados de la mano; luego ese viejo era asaltado a mano armada por un ladrón que quería llevarse sus cosas, el anciano idiota intentó defenderse y terminaron dándole un disparo en el pecho mientras el ladrón huía de la escena y la niña lloraba sobre el cuerpo de ese desafortunado anciano. No pude discernirlo en el momento, pero luego de un tiempo me di cuenta que ese viejo era yo, estaba presenciando en primera fila mi propia muerte, sentí un vacío en mi estómago y no he podido dejar esa imagen desde que la mujer me la mostró al entrar en ella. Me despierto por las noches, sudando y asustado, creyendo que estoy muerto, a veces siento que por desgracia no es así, pero siempre es lo mismo, siempre.

Salí de esa ilusión en la que la mujer me había inducido, estaba de nuevo en ese pasillo helado, del cual ahora podía darme cuenta de que sus paredes y techo eran completamente oscuros; y no me refiero a que estaban pintados estos elementos de un color negro, sino que literalmente estaba ese suelo flotando en la nada, pero aun así habían unas ventanas que le daban luz a ese piso, cuarto o cámara en la que me encontraba. Eran demasiadas cosas para digerir, miré a la mujer de nuevo, ella me tenía levantado con sus alambres de carne, cerró sus ojos, me dio una sonrisa y toda mi vista se nubló en un color blanco y de nuevo pensé que iba a morir, que iba a ser comido, aplastado, sacrificado o Dios sabe qué otras cosas... para bien o para mal, no morí. En cambio me encontré ahora en un sitio con muchísimos árboles, un bosque. El suelo era cálido, me encantó sentir la tierra abrazadora en mi piel, lloré muy fuerte, lloré como nunca y creo que fue entonces cuando me di cuenta que tenía un papel en mi mano, lo abrí y era una especie de carta, decía lo siguiente:

"Felicidades, hereje, has conseguido completar la prueba 169, haz con ese conocimiento lo que creas correcto."

La confusión colmaba mi cabeza, no podía entender nada de lo que me había sucedido, es más, no realizaba que estaba en un jodido bosque luego de haber visto a una mujer con tentáculos carnosos que asesinó a tres hombres y a una mujer en mi presencia. Intenté levantarme, con mucho esfuerzo lo hice; volteé a todos lados, quise encontrar un camino para seguirlo. Había uno, al parecer, uno que usaban las camionetas cuando avanzaban por ese bosque, mis pies estaban entumecidos, cansados, yo estaba muy agotado y sentía que iba a caer en cualquier momento. No pasó mucho tiempo hasta que, cuando llegué a lo alto de una pequeña colina, pude ver humo a lo lejos, intenté ir lo más rápido que mis pies descalzos y adoloridos podían hacerlo. Cada paso dolía como clavos penetrando mi piel, cada segundo que pasaba era un mareo intenso en el que pensaba que iba a desplomarme completamente, pero mi humanidad me permitía tolerar ese dolor y cansancio, me permitía seguir sobreviviendo. Cuando estaba cerca de donde provenía el humo, pude distinguir unas figuras humanas, de verdad sentí un alivio muy grande, y justo cuando estaba por llegar, me tropecé con unas ramas del suelo, rápido fueron esas personas a levantarme.
—Por Dios... chico, ¿estás bien? —dijo un hombre que me tomó del hombro y me levantó del sucio suelo.
Sí...—respondí yo con una voz tenue.
—Voy a llevarte dentro de la camioneta chico, estás muy helado, Jesús... ¿Cómo has llegado a este punto?
—Es una larga historia, señor...—dije finalmente.
Fue entonces cuando; con mucho cuidado, me tendió en la parte de atrás de una camioneta que contaba con una especie de colchón o manta suave y caliente, parecía que estaban preparados para atender a alguien. Su esposa, quien estaba algo más calmada, se sentó a mi lado y cerró la puerta trasera de la camioneta, el hombre se subió al volante y comenzó a conducir en cuanto el auto encendió.
—Irás a que te curen, chico—dijo la mujer.
¿A un hospital? —respondí.
—Algo así, digamos que estarás muy bien cuidado.
—B-Bien...
Estuve algo asustado también en ese instante, la mujer parecía indiferente hacia la situación mientras el hombre parecía tener algo de estrés por lo pasaba.
—Dime, muchacho. ¿Por qué no me dices cuál es tu nombre? —me preguntó con un tono algo irónico.
...Pues... mi nombre es...—carajo—pensé.
No podía recordar mi nombre, eran demasiadas cosas las que me estaban ocurriendo en esa tarde, no podía comprender nada, y sabía que esa mujer y probablemente también el hombre sabían algo al respecto. Empecé a llorar de manera estresada, no pude contener mis lágrimas ante esta situación.
—Eso creía.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 01, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

268Where stories live. Discover now