Capítulo 1

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Al año regresó el portador. Vio que los padres estaban celebrando el cumpleaños de la pequeña, y por primera vez, el portador sonrió. Estaba orgulloso de lo que sea que le haya hecho sentir la niña, hizo que ella tuviera una oportunidad de vivir.

La familia era de dinero para ese entonces, pero en el cumpleaños de la pequeña solo estaban sus papás y la niña.

Vio a la familia tan animada que casi quiso entrar, pero recordó que aunque entrara, no lo podían ver, a menos de que sea su hora. No quería averiguarlo. Vio como la pequeña estaba llena de pastel en la cara.

La mirada de la niña se le hacía la más sincera y pura que haya visto jamás.

El padre cargó a la niña en sus hombros, la madre le decía que la bajara porque la podía lastimar, pero la niña tenía una resplandeciente sonrisa, de esas que te nacen desde el corazón.

El portador fue hasta el cuarto de la niña, sacó un peluche que tenía para regalarle desde hace unos meses, lo acomodó en donde dormía la niña y se fue.

En el camino de vuelta a su hogar, recibió el trabajo de llevarse a un perrito, fue hasta donde estaba, el perrito estaba sangrando, no dejaba de ladrar para pedir ayuda, pero nadie llegaba, el portador se le acercó y el perrito dejó de ladrar, como si supiera que era su hora, lo acarició y el perrito cerró los ojos lentamente. No se arrepentía de lo que había hecho, era su trabajo y no podía negarlo. Cargó al perrito y se lo llevó, si lo dejaba en ese callejón podría ir un animal y destazarlo.

La hija de la muerte (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora