CAPÍTULO 2: "Una Oferta Digna"

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El resto del día transcurrió de forma normal para Shiori. Cuando sus clases terminaron, se dirigió al lugar acordado para reunirse con todos los Akatsuki, pero antes de eso, dejó salir al gato de su escondite.

— Perdona, sé que fue un día largo —dijo mientras abría la mochila y sacaba al felino—. Lo siento, pero, todavía no podemos ir a casa, primero debemos reunirnos con algunos amigos míos, ¿hay algún problema?

— Miau —el gato comenzó a ronronear mientras se paseaba por los pies de la castaña.

— Gracias, espero que no sea muy tardado —tomó al felino en sus brazos y caminó en dirección al parque—. Debo confesarte, pequeño amigo, que estoy un poco nerviosa.

— ¿Miau?

— Sí. Aunque los Akatsuki sean mis amigos, el hecho de que quieran que yo forme parte de su grupo... no sé... no creo estar a la altura.

— ¿Miau?

— ¿Por qué? Bueno... Akatsuki es un grupo de alumnos sobresalientes y ejemplos a seguir. Yo no soy así. No tengo nada de especial. Porque, de ser así, entonces no me habría sucedido lo que me sucedió —Shiori se detuvo, la expresión en su cara reflejaba una profunda tristeza—. Hace tiempo, cometí un grave error que... tuvo consecuencias fatales. Además, también confié en las personas equivocadas, sólo me usaron y luego se olvidaron de mí, eso me dolió mucho. Me prometí a mí misma que no dejaría que eso me pasara otra vez, pero de todas formas pasó. Una y otra vez. Mis amistades siempre terminaban igual, y yo no lograba darme cuenta de mi error hasta que el daño ya estaba hecho. ¿Por qué? Porque soy una idiota que se deja utilizar, y Akatsuki no necesita chicas idiotas como yo —Shiori cerró sus ojos mientras unas cuantas lágrimas empezaron a escurrir por sus mejillas, pero los abrió cuando sintió una patita en su cara, era el gatito negro, que la veía fijamente. Shiori sacudió su cabeza y se secó las lágrimas para luego volver a sonreír—. Disculpa, no tienes necesidad de escuchar mis lamentos. Además, no hay por qué preocuparse, los chicos de Akatsuki son diferentes, de eso estoy completamente segura porque ya me la han demostrado varias veces.

— Miau —el pequeño animal se acercó a la cara de la castaña y le lamió la mejilla derecha.

— Jajaja, me haces cosquillas —entonces Shiori sacó su celular y le mostró una foto al felino—. Puede que no lo parezcan, pero todos ellos son muy buenos chicos. Mira, él es Deidara, junto a él está Sasori, en medio están Yahiko, que es el líder de Akatsuki, y ellos son Konan y Nagato, los cofundadores del grupo junto con Yahiko; en la esquina están Hidan, Kakuzu y Kisame, y, por último, él es Obito —explicó la castaña mientras señalaba a cada integrante de Akatsuki, cuando terminó, volvió a guardar su celular—. Bueno, será mejor que nos demos prisa, ya vamos algo retrasados y algunos de ellos no son muy pacientes que digamos —dicho esto, Shiori siguió caminando con el gato en sus brazos.

. . .

— Perdón por la tardanza —se disculpó Shiori con una reverencia al acercarse al grupo de chicos que la estaban esperando sentados en el pasto.

— ¡Lo siento! ¡Ya estoy aquí! —un chico de pelo negro gritó detrás de Shiori y llegó jadeando hasta el grupo, se trataba de Obito—. Una disculpa...

— No hay problema, ambos llegaron justo a tiempo —contestó Konan.

— Hagan un espacio para que Shiori y Obito puedan sentarse —ordenó Yahiko.

— Aquí Shiori, un —Deidara le hizo una seña a la castaña, quien fue a sentarse al lado del rubio, Obito la siguió y se sentó también a su lado.

— Veo que trajiste compañía, Shiori —comentó Obito al ver al gato que Shiori estaba cargando.

— Jejeje, sí, es una larga historia —comentó la castaña con una sonrisa.

Kuroi NekoWhere stories live. Discover now