Demon Lord

The Wrathful

—¡NIGHT RAID!— Gritó Vamdemon invocando decenas de murciélagos sirvientes para que atacaran a Phelesmon, pero se encontraba tan débil que la técnica no resultó muy efectiva, tanto que el enemigo se deshizo de estos, generando una onda de energía con la mano, que los hizo caer como si fueran hojas secas de un árbol.

Finalmente le atravesó de una lado a otro con el tridente y fue directo al suelo casi muerto—Qué inútil... debo decir que fue muy divertido acabar contigo, pero no eres de mi talla— dijo el diablo.

—Absorberé tus datos de una buena vez, al menos así servirás de algo—

El dolor ya no importaba, la humillación era tan grande... —Yo, el señor de las sombras, sometido por una oscuridad más fuerte que la mía y apaleado como si fuera una cosa tan insignificante...— pensaba con rencor. Ya no importaba Lisa, tampoco los humanos y su mundo análogo o el digital. Se encontraba furioso.

Vamdemon se puso de pie con dificultad y gritó con tanta ira como nunca antes, mientras sostenía el tridente de Phelesmon que se encontraba aún en el torso.

El demonio hizo gesto para atraerlo de vuelta a sus manos, pero este no regresaba —¡¿Qué sucede?!—exclamó sorprendido el ser de tez roja. Lisa estaba gritaba tratando de que su voz llegara a Vamdemon pero ninguna de sus palabras lo alcanzaba. Había caído en un trance provocado por la furia, que ni el propio cuerpo le respondía y comenzó a flotar en el aire.

Finalmente Phelesmon pudo retirar el tridente que se encontraba en las entrañas de su adversario y miraba con asombro lo que sucedía, pues una nube formada por centenares de murciélagos, rodeaba a Vamdemon.

Lisa miraba asustada, no podía imaginar que era lo que pasaba y notó que su digivice emitía una luz carmesí, misma a la que dio forma a los centenares de murciélagos que se habían mezclado con el vampiro.

La forma de Vamdemon había cambiado, tenía una gran estatura, poco menos grande que el lugar en el que se encontraban. Crecieron alas gigantescas en su espalda y la mitad inferior del cuerpo se asemejaba a la de una bestia, la vestimenta que lo caracterizaba anteriormente ya no existía y abundaba una larga y desordenada cabellera rubia.

—Parece que digievolucionaste a tu etapa Ultimate como Venom Vamdemon... quién diría que un berrinche como ese lo provocaría— dijo Phelesmon sin mostrar miedo ante el nuevo poder de su rival.

El raciocinio se había esfumado, sólo quedaba el instinto de violencia y destrucción que controlaban las acciones y sin perder más tiempo, Venom Vamdemon lanzó una llamarada de fuego a través de la boca, que Phelesmon cometió el error de recibirla sin esquivar al subestimarla.

—¡No puedo con esto... es demasiado!— gritó el demonio que se revolcaba en el suelo tratando de escapar del infierno al que se había sometido a causa de su altanería. Después de esto fue sujetado con las enormes garras de la bestia siendo apretado, mientras lanzaba otro mar de fuego en su dirección sin importar que calcinara a sí mismo las extremidades.

—¡¡DETENTE IMPMON, ESTO NO ESTÁ BIEN!!— gritaba Lisa para tratar de hacerlo entrar en razón, pero sus palabras eran en vano, una fuerza superior dominaba cada acción, una oscuridad que ni siquiera Vamdemon podía controlar.

Tras ser exprimido y quemado Phelesmon, fue lanzado contra el suelo dejando un gran cráter en donde yacía su cuerpo. Se encontraba tan grave, a punto de morir y su aspecto se distorsionaba intermitentemente.

—No contaba con esto... eres más fuerte de lo que esperaba— dijo Phelesmon agonizando, mientras Venom Vamdemon rugía con violencia preparando otro ataque —Esto no era parte del plan, pero tendré que adelantar un poco las cosas, seguro los otros entenderán...—

A duras penas Phelesmon se puso de pie y miró a lo lejos el cuerpo inerte de su occiso tamer y atrajo su digivice a las manos. Justo en ese momento la bestia lanzó a través de los ojos un rayo llamado "Venom Infuse" para borrar en definitiva al demonio agonizante.

El rojillo antes de recibir el ataque cerró los ojos y apretó el digivice hasta romperlo. El Venom infuse hizo contacto con su cuerpo, pero este no le provocó nada de daño. Un enorme signo apareció debajo de él. La imagen era un símbolo, la representación en el digimundo de uno de los siete pecados capitales de la humanidad, la ira.