almost

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Las rosas blancas adornan todo el jardín, ha llegado temprano porque es su deber cuidar que todo esté bien, que nada quede fuera de lugar. Con la punta de sus dedos hizo caer un pétalo que parecía no pertenecer ahí: tenía las orillas amarillentas, una hora más en el sol reluciente y la putrefacción alcanzaría su punto máximo, probablemente en la noche contagiaría a sus hermanos con su mal estado. El pétalo era una mancha para la pureza en el ramillete de flores, así que lo apartó de ahí.



"¿Debería apartarme también?"



Los meses anteriores fueron los más difíciles,  el vértigo fue una constante en su estómago que no le dejaba dormir lo suficiente, que le despertaba a horas altas de la madrugada y ni siquiera un cigarrillo (vicio casi heredado por Mingyu) era capaz de aplacar la ansiedad que lo carcomía. Los días en el calendario fueron pasando, entre preparativos y falsa alegría, sin que pudiera detenerlo, sin que pudiera cambiar su situación. El "día cero" lo pensó como una catástrofe para su corazón, lo avecinaba como el peor en su vida, pero, resultó ser todo lo contrario. Contrario a sus predicciones, no podía sentir nada, estaba tan calmado como alguien puede estarlo en una situación tan incómoda como la suya; la resignación había comenzado a asentarse en sus heridas y también, trató de convencerse,  estar ahí puede ayudarle a desechar todos los sentimientos que guardó en su interior durante tanto tiempo. 


En un golpe seco, en una última estocada, en un salto  al vacío que suponía adentrarse en un mundo donde todas sus posibilidades, siempre ínfimas, ahora serían nulas. De cualquier manera, él siempre estaba bien.


Sería feliz, si él también lo era, ¡y vaya que lo era!


- ¿Sabes que no es buena idea que el padrino huela a tabaco?


La sonrisa de JeongHan fue inmediata, reconocería esa voz entre el barullo de mil grullas. Aplastó el cigarrillo contra el mármol del balcón y solo por ese momento se permitió ser despreocupado y dejarlo ahí, si apestar a cigarro era mala idea, cargar con un filtro era una mucho peor. Quiso girarse, pero, sabía que SeungCheol se encontraba ya acortando la distancia, que era él quien estaba alcanzándole esta vez. Era, todavía, mágica la manera en la que podían entenderse sin hablar y sin verse.


- ¿Sabes que no es buena idea pasearse por el rayo del sol el día de tu boda?


Y esa mágica conexión que siempre tuvieron, o al menos que JeongHan creía tener, fue la que le advirtió que algo no estaba muy bien. Conocía a SeungCheol tanto como a si mismo, quizá un poco más, porque el menor aun se negaba reconocer partes de si mismo, partes que le avergonzaban y que nunca se decía en voz alta ni siquiera cuando más vulnerable se encontraba. Quizás, si hubiera admitido esas partes de sus persona, no se encontraría en una situación tan lastimera. Carraspeó para apartar esos pensamientos perdidos,  se giró lo suficiente para mirar a su compañero de toda la vida.


- ¿Pasa algo malo? ¡No puedes decirme que estás arrepentido! no nos darán devolución por nada.- Los labios de SeungCheol se torcieron en una sonrisa que no llegó a serlo del todo, sus ojos, esos ojos enormes y transparentes, seguían denotando pena y duda.


- ¿Cómo sé que es la indicada?


garden with tearsDove le storie prendono vita. Scoprilo ora