-¡Te estoy diciendo la verdad! -No puedo soportar seguir viéndote tan destrozado por alguien que no merece tú atención -. A ella nunca le importaste.

-¡Cállate!, ¡eso es mentira! ¡tú no eres así, Yuuri! -dices mientras agachabas la cabeza -. Tú no entiendes, Yuuri, yo la amo. Daría todo para que ella esté conmigo... otra vez -Lo último lo dices en un susurro que soy capaz de escuchar.

-Si eso quieres, pues ve... -Alzas la vista de forma rápida y muestras una pequeña sonrisa al sólo escuchar esas palabras salir de mi boca, pero esa sonrisa se esfuma de repente al ver mi seriedad en el rostro -. Ve tras ella -repito de forma segura y seca, sintiendo de repente un mal sabor en la boca, te miro fijamente -. ¡Ve y dile que te vuelva a romper el corazón! -Me obligué a mantener mi mirada seria solo para ocultar el calcinante dolor-. Dile cuanto la amas, y deja que ella te lastime nuevamente...

-Yuuri... -Me miras sorprendido, sé que no esperabas esto, pero ya estoy harto de todo esto, ya no quiero ser parte de esta estúpida situación, así que...

-Pero dile... -Un nudo en la garganta me impide seguir hablando, pero la determinación en la decisión que ya había tomado me obligó a pronunciar las siguientes palabras - ... dile que, por ella, por su culpa, has perdido un amigo.

-Yuuri, no puedes hacerme esto... -exclamas aún sorprendido, no sabes como reaccionar.

-Sí puedo y sabes muy bien por qué.

-¡Eres mi mejor amigo!

-Eso no te importó todo este tiempo, Viktor.

-Sabes que sí me...

-No digas que yo te importo, porque los dos sabemos que no es así.

-Yuuri...

-Lo siento, Viktor, pero...-Cierro mis y respiro hondo, porque sé que necesito toda la fuerza de mi corazón y mi mente para decir lo que tengo que decir -. Yo... me rindo.

-¿Perdón? -preguntas confundido, no te has dado cuenta.

-Dije que me rindo -Puedo sentir como mi garganta se cierra poco a poco impidiéndome llorar, este gran esfuerzo es acompañado de una sensación de dolor intenso.

-No sé de qué hablas, Yuuri.

-Eso es porque nunca me prestaste atención.

-¡Claro que sí lo hice!

-¡Mentira! Si lo hubieras hecho, tú mismo sabrías de que hablo, pero no, aún... -Agacho la cabeza, cierro los ojos y aprieto los labios, respiro hondo y exhalo para poder tranquilizarme un poco, formo una mueca de dolor -. Mejor olvídalo -Te miro nuevamente, pero más calmado.

-No -Me dedicas una mirada seria -, quiero que me respondas, quiero saber. ¿A qué te refieres? ¿Con qué te rindes?

-En verdad eres un idiota, Viktor -digo mientras te dedico una sonrisa falsa.

-Sí, puede que sea un idiota, pero quiero que me respondas ahora, Yuuri.

-Si eso quieres... -Vuelvo a cerrar mis ojos y busco algo en mí que me dé el valor suficiente de confesar todo.

Encuentro lo que busco en el apoyo de todos mis familiares, amigos y seres queridos que siempre estuvieron apoyándome en mi sufrimiento. Así que, más decidido, alzo mis ojos y penetro a Viktor con mi mirada, pero frente a mí no veo a quien fue mi mejor amigo, ni a aquél hombre destrozado, sino a la persona de la cual me enamoré. Apreto la mandíbula y sin apartar la mirada de él pronuncio las palabras con firmeza.

-Te amo.

Y espero, espero a ver tu reacción, y, pronto, a los dos segundos veo como tu rostro se deforma ante tal revelación; sabía que esto pasaría, pero aun así tu forma de reaccionar me lastima. No hay posibilidad de retractarse, así que continúo.

Me RindoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora